Todos estamos de acuerdo en que las normas están para ser cumplidas. Y
como normas pueden entenderse en el ámbito económico los contratos,
pero lo cierto es que hay algunas empresas que llevan esa máxima hasta
extremos increíbles.
Acaba de ocurrirle a un cliente de una conocida compañía de
telecomunicaciones que cuando fue a dar de baja el móvil de un familiar
recién fallecido, la operadora le comunicó que tendría que pagar 50
euros por incumplir el compromiso de permanencia.
Su primera reacción
fue de perplejidad, le siguió la convicción de que el portavoz de la
compañía no le había entendido, pero cuando por segunda vez relató las
circunstancias en las que solicitaba la baja y le contestaron lo mismo,
llegó a la misma conclusión que usted: intolerable.
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