Primero de Mayo
Pan, trabajo y libertad
Aquellos principios que motivaron el inicio de la conmemoración del 1º de Mayo cuando en el año 1886 varios obreros de Chicago fueron ejecutados por el Gobierno mientras luchaban para reivindicar 8 horas de trabajo e igual número de horas para el descanso y la familia, hoy, 128 años después, han adquirido plena vigencia ante la actual, feroz y contumaz ofensiva de la troika integrada por los gobiernos, la patronal y el gran capital en su campaña de destrucción de derechos laborales y sociales, superando incluso ese marco para llegara mancillar un amplio abanico de libertades públicas, perseguirla protesta laboral y ciudadana, quebrar el derecho al aborto, criminalizar las consultas populares de los pueblos del Estado para autodeterminarse…
Precisamente, con ocasión del Día del Movimiento Obrero Mundial, no es necesario salir de nuestras fronteras nacionales archipielágicas para confirmar que ese retroceso laboral y social es equiparable a los motivos que propiciaron los principios del 1º de Mayo. La media de jornada laboral en Canarias, supera las 8 horas diarias, constituyendo la más larga del Estado; los salarios ante la amenaza de despido laboral, han bajado ostensiblemente con un retroceso de hasta diez años atrás, aumentando el distanciamiento del 15% más que cobran de media los trabajadores españoles; 371 mil personas continúan condenados al desempleo, y de ellos la mitad no cobra ninguna prestación económica... La relación de indicadores sociales y laborales que sitúan a Canarias en el país del contexto hispano-europeo más castigado por la actual ofensiva colonial- capitalista se haría interminable, por lo que sólo, como ejemplos, nos referiremos a las 70 mil personas que aguardan para recibir asistencia sanitaria o al fracaso escolar en el que Canarias encabeza la relación de países del continente europeo en el abandono de más alumnos de las aulas… O la grave y acelerada pérdida de referentes culturales y de identidad que sufre nuestra nación canaria.
No hay ni existe ninguna crisis ni situación alguna que justifique la histórica discriminación ni el descomunal retroceso que actualmente sufren el conjunto de los trabajadores canarios. El sector sobre el que se asienta la mayoría de la economía (servicios), continúa sumando cada años altísimos dividendos sin que ello redunde en una mejor calidad de vida o en la dignificación laboral de los asalariados, lo que confirma que, contrariamente a invertir todos o parte de sus beneficios, el empresariado foráneo y canario evade sus pingues beneficios hacia los centros de decisión política española o europea, o avariciosamente acumula beneficios. El Estado español y el gobierno del PP, injustificadamente, mantiene su oprobioso maltrato a los canarios imponiéndonos unas inversiones de 800 millones anuales por debajo de lo que destina a las comunidades españolas, hecho que continúa degradando nuestra calidad de vida. Contrariamente, el gobierno extrae de Canarias una media de 5 mil millones de euros anuales.
Pero, precisamente, en esta fecha significativa fecha, no podemos pasar por alto la intensiva campaña paralela de acoso que los gobiernos y sus aliados capitalistas vienen desarrollando para el debilitamiento y desprestigio de las organizaciones sindicales, desatando una verdadera caza de brujas, mientras los medios de comunicación distraen la atención de las corruptelas que, por ejemplo, afectan a las organizaciones empresariales como la CEOE en la que miembros de sus directivas son condenados a prisión por fraude, evasión de capitales y robo. Ahora, gobiernos y banqueros, conscientes también del peligro de los sindicatos para sus intereses bastardos, activan su aparato judicial y policial para castigar y procesar a sindicalistas y desestabilizar las organizaciones de los trabajadores.
Ante esos duros embates, en este Día del Trabajador, al tanto que honramos la figura de los inmolados de Chicago, reivindicamos también a nuestros mártires nacionales de entre los que destacamos a Antonio González, Javier González Quesada y Belén María, caídos precisamente por la consecución de esos derechos laborales y sociales que ahora nos han hurtado. En este Primero de Mayo, por tanto, renovamos nuestro compromiso para reconquistar ese legado perdido y. además, avanzar en la consecución de unas Canarias Soberana y Libre.