La Fundación Transporte y Formación ha presentado, ante la Dirección General de Transporte Terrestre del Ministerio de Fomento, una propuesta que sirva de base para delimitar qué debe entenderse por "simulador de alto nivel" a efectos de la realización de una parte de las prácticas de conducción en los cursos de formación CAP.
El uso de simuladores de conducción en la formación práctica de conductores, conforme a lo establecido en el Anexo IV, Sección segunda del Real Decreto 1032/2007, como herramienta de apoyo y/o complemento de los vehículos reales, en algunos casos incluso de sustitución, abre nuevas posibilidades por las ventajas que puede suponer, especialmente en situaciones que podrían entrañar riesgos importantes o en circunstancias de difícil control, y representan, por ello, una oportunidad de desarrollo, innovación y mejora de la formación de los conductores profesionales.
La Fundación Transporte y Formación, en desarrollo de la Línea estratégica V del Plan Imforte, "Mejora de la calidad de la formación", y en concreto, de la medida de actuación 10.3 "Análisis de recursos técnicos disponibles en el ámbito de las nuevas tecnologías para su utilización en la formación del Sector", ha desarrollado un proyecto, con la colaboración del Instituto Universitario de Investigación del Automóvil de la Universidad Politécnica de Madrid (Insia), para delimitar qué debe entenderse por "simulador de alto nivel", mediante el establecimiento de las características técnicas mínimas que los simuladores de conducción deben cumplir.
Al efecto, y entre otras actuaciones, se ha analizado la normativa específica que han desarrollado algunos países de la Unión Europea como Francia, Alemania, Gran Bretaña, Bélgica y Holanda.
Características específicas
Por tanto, las características específicas propuestas para considerar a un simulador como "de alto nivel" hacen referencia a los siguientes aspectos: puesto de conducción; plataforma de movimiento; sistema de visualización; modelos matemáticos y/o físicos; puesto de instructor; edición y visualización de ejercicios; y, finalmente, aspectos pedagógicos de los ejercicios.
Con ello, se pondrá de manifiesto su adecuación y utilidad respecto a los objetivos de la formación en el contexto que se establece en el Real Decreto 1032/2007, y permitir así "evaluar la formación sobre conducción racional basada en las normas de seguridad, en particular por lo que respecta al control del vehículo en función de los distintos estados de la calzada así como de sus variaciones en relación con las condiciones atmosféricas y la hora del día o de la noche", indican desde la Fundación.
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