El jefe de la Ertzaintza detenido por conducir ebrio en Irun (Guipúzcoa) dijo ayer que cuando fue interceptado estaba «perfectamente» y en condiciones de manejar un coche, a pesar de que los agentes que lo arrestaron han desvelado que tuvieron que cruzarse con su vehículo para obligarle a parar. El procesado y los dos erzainas que lo detuvieron han declarado ayer en el juicio celebrado en San Sebastián contra este mando policial
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