El Senado de Estados Unidos aprobó este martes un proyecto de ley que impone restricciones a los bancos y demás compañías que emiten tarjetas de crédito en el país. La iniciativa, promovida por el senador demócrata Christopher Dodd (presidente del Comité de la Banca del Senado) para proteger a los consumidores de los abusos y prácticas "engañosas", logró 90 votos a favor y cinco en contra en la Cámara alta y, aunque aún debe ser aprobada por la Cámara de Representantes, cuenta con el respaldo de la Casa Blanca, pues de hecho es la primera de la serie de reformas del sistema de regulaciones financieras impulsadas por el presidente Obama.
Ya el jueves pasado Obama declaró que espera promulgar la ley antes de la fiesta del Día de la Conmemoración, que se celebra el próximo 25 de mayo, y en varias ocasiones ha pedido a las entidades "claridad y transparencia" en la concesión de créditos.
Tras lograr la aprobación, Dodd expresó en un comunicado que se trata de "una victoria para cada consumidor estadounidense que haya sufrido en manos de una compañía de tarjetas de crédito". El proyecto exige que las compañías apliquen medidas de protección al consumidor "firmes y fiables", que tengan reglas "justas y transparentes" y ofrezcan información al cliente libre de ambigüedades, según explicó el senador demócrata.
Básicamente, la nueva norma está pensada para proteger a los consumidores de un incremento arbitrario en las tasas de interés, cuotas y demás cargos de financiación, y prohíbe que los bancos suban los intereses basados en el historial de pagos atrasados que el cliente tenga con otra institución bancaria. Además, las entidades deberán permitir que los clientes paguen sus cuentas en línea o por teléfono, sin cobrarles una cuota adicional, y deberán avisar con 45 días de anticipación de cualquier cambio en las tasas de interés para que el cliente tenga suficiente tiempo de revisar los nuevos términos.
Por otra parte, los bancos podrán incrementar los intereses de forma retroactiva si el cliente lleva al menos 60 días de retraso en sus pagos mensuales. Pero podrán restablecer la tasa de interés original si, después de un pago atrasado, el cliente mantiene un buen historial de pagos durante seis meses.
La ley protege también a los estudiantes de las tácticas que utilizan algunos bancos, aunque los menores de 21 años que soliciten tarjeta de crédito deberán demostrar que son capaces de pagar el monto prestado o de que sus padres se harán cargo de la deuda si ellos no pueden hacerlo.
Dirigentes del sector bancario, algunos representados por la Asociación de Banqueros Estadounidenses, se han manifestado en contra del proyecto por considerar que podría acelerar la contracción del crédito disponible y elevar los costes de los bancos para otorgar crédito. Los analistas dicen que la iniciativa golpeará las ganancias de los principales emisores de tarjetas de crédito de Estados Unidos, como Citigroup, Bank of America, JPMorgan Chase y Capital One. Sin embargo, su impacto ya está previsto en el precio de sus acciones.
Ya el jueves pasado Obama declaró que espera promulgar la ley antes de la fiesta del Día de la Conmemoración, que se celebra el próximo 25 de mayo, y en varias ocasiones ha pedido a las entidades "claridad y transparencia" en la concesión de créditos.
Tras lograr la aprobación, Dodd expresó en un comunicado que se trata de "una victoria para cada consumidor estadounidense que haya sufrido en manos de una compañía de tarjetas de crédito". El proyecto exige que las compañías apliquen medidas de protección al consumidor "firmes y fiables", que tengan reglas "justas y transparentes" y ofrezcan información al cliente libre de ambigüedades, según explicó el senador demócrata.
Básicamente, la nueva norma está pensada para proteger a los consumidores de un incremento arbitrario en las tasas de interés, cuotas y demás cargos de financiación, y prohíbe que los bancos suban los intereses basados en el historial de pagos atrasados que el cliente tenga con otra institución bancaria. Además, las entidades deberán permitir que los clientes paguen sus cuentas en línea o por teléfono, sin cobrarles una cuota adicional, y deberán avisar con 45 días de anticipación de cualquier cambio en las tasas de interés para que el cliente tenga suficiente tiempo de revisar los nuevos términos.
Por otra parte, los bancos podrán incrementar los intereses de forma retroactiva si el cliente lleva al menos 60 días de retraso en sus pagos mensuales. Pero podrán restablecer la tasa de interés original si, después de un pago atrasado, el cliente mantiene un buen historial de pagos durante seis meses.
La ley protege también a los estudiantes de las tácticas que utilizan algunos bancos, aunque los menores de 21 años que soliciten tarjeta de crédito deberán demostrar que son capaces de pagar el monto prestado o de que sus padres se harán cargo de la deuda si ellos no pueden hacerlo.
Dirigentes del sector bancario, algunos representados por la Asociación de Banqueros Estadounidenses, se han manifestado en contra del proyecto por considerar que podría acelerar la contracción del crédito disponible y elevar los costes de los bancos para otorgar crédito. Los analistas dicen que la iniciativa golpeará las ganancias de los principales emisores de tarjetas de crédito de Estados Unidos, como Citigroup, Bank of America, JPMorgan Chase y Capital One. Sin embargo, su impacto ya está previsto en el precio de sus acciones.
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