La ordenanza municipal de animales de Santa Brígida, que puede sancionar hasta con 1.500 euros al dueño de un gallo que canta más de la cuenta, como el de El Paraíso, permite curiosamente las corridas de toros, a pesar de que se trata de una práctica prohibida por el Parlamento de Canarias desde el 30 de abril de 1991, hace veinte años.La iniciativa legislativa popular fue impulsada por el diputado Miguel Cabrera Pérez-Camacho, entonces en ATI-AIC y actualmente portavoz del PP en la cámara regional. Desde 1985, antes de la prohibición, no se celebran corridas de toros en Canarias debido a la escasa afición y poca tradición.
La citada ordenanza, aprobada en el actual mandato tras la propuesta del grupo de gobierno formado por PP y Verdes, suscitó cierta controversia cuando fue aprobada definitivamente en el pleno municipal del 24 de abril de 2008. En esta normativa se prohíben las peleas de perros y las riñas de gallos, que tenían tradición en las Islas, pero se respetan las corridas de toros.
En el apartado de las prohibiciones se señala taxativamente en el artículo 6.13 de la ordenanza satauteña: "Se prohíbe el uso de animales en espectáculos, peleas, fiestas populares y otras actividades si ello puede ocasionarles sufrimiento, quedando excluidos los espectáculos legalizados, como la fiesta de los toros. El incumplimiento de lo dispuesto en este apartado tendrá la consideración de falta muy grave". La ordenanza fue promovida por Los Verdes.
El objetivo de la ordenanza, según consta por escrito, es el de "prevenir y controlar las molestias y peligros que los animales puedan ocasionar a las personas y al medio, y todo lo relativo al deterioro de las vías y espacios públicos por los animales, así como conseguir que se les proporcionen unas adecuadas condiciones de vida, su correcta identificación y acceso a transportes y lugares públicos, así como al establecimiento de un censo municipal de animales de compañía y la regulación del régimen sancionador para las infracciones tipificadas en la ley".
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