Las células del cáncer no están reguladas por un reloj biológico como ocurre con las otras células del cuerpo, por lo que siempre están activas, según revela un estudio del Programa de Epigenética y Biología del Cáncer del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL).
El trabajo, publicado en la revista Cancer Research, ha puesto de manifiesto que las células tumorales escapan del ritmo circadiano, como se denomina al ritmo biológico día-noche que hace que determinados órganos y tejidos estén más activos a ciertas horas que en otras, porque les falta una proteína imprescindible en este proceso, y que por ello siempre están activas y "despiertas".
Los investigadores del IDIBELL han descubierto que las células de las leucemias y los linfomas, que son tumores de la sangre y de los ganglios linfáticos, carecen de la proteína BMAL1, una molécula imprescindible para este reloj endógeno de nuestras células.
Según explica el IDIBELL en un comunicado, la función de BMAL1 en células sanas es controlar la actividad de centenares de genes para que se expresen de forma rítmica, y que unos lo hagan más durante la vigilia y otros en etapas de descanso.
Las mismas fuentes señalan que en el desarrollo del cáncer, la proteína BMAL1 deja de producirse debido a que grupos químicos metilo bloquean su expresión, como si se tratara de una señal de tráfico de STOP.
De esta forma, la célula tumoral no respeta el ritmo circadiano y permanece en una fase siempre activa en la que se estimula la producción de los oncogenes causantes del cáncer y se bloquean los genes protectores supresores de tumores.
Según los investigadores, este descubrimiento se podría usar para planificar en qué momento del día podría ser más efectiva la administración de la quimioterapia, que es lo que se denomina cronoterapia y para bloquear el crecimiento tumoral con fármacos capaces de devolver la actividad de este reloj endógeno.
También ha señalado que para ello son necesarios estudios clínicos translacionales de nivel internacional con la participación de muchos hospitales.
El trabajo, publicado en la revista Cancer Research, ha puesto de manifiesto que las células tumorales escapan del ritmo circadiano, como se denomina al ritmo biológico día-noche que hace que determinados órganos y tejidos estén más activos a ciertas horas que en otras, porque les falta una proteína imprescindible en este proceso, y que por ello siempre están activas y "despiertas".
Los investigadores del IDIBELL han descubierto que las células de las leucemias y los linfomas, que son tumores de la sangre y de los ganglios linfáticos, carecen de la proteína BMAL1, una molécula imprescindible para este reloj endógeno de nuestras células.
Según explica el IDIBELL en un comunicado, la función de BMAL1 en células sanas es controlar la actividad de centenares de genes para que se expresen de forma rítmica, y que unos lo hagan más durante la vigilia y otros en etapas de descanso.
Las mismas fuentes señalan que en el desarrollo del cáncer, la proteína BMAL1 deja de producirse debido a que grupos químicos metilo bloquean su expresión, como si se tratara de una señal de tráfico de STOP.
De esta forma, la célula tumoral no respeta el ritmo circadiano y permanece en una fase siempre activa en la que se estimula la producción de los oncogenes causantes del cáncer y se bloquean los genes protectores supresores de tumores.
Según los investigadores, este descubrimiento se podría usar para planificar en qué momento del día podría ser más efectiva la administración de la quimioterapia, que es lo que se denomina cronoterapia y para bloquear el crecimiento tumoral con fármacos capaces de devolver la actividad de este reloj endógeno.
También ha señalado que para ello son necesarios estudios clínicos translacionales de nivel internacional con la participación de muchos hospitales.
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