sábado, 16 de abril de 2011

El FMI reitera las alabanzas a los "progresos" de España

Un año puede cambiar muchas cosas. De aparecer hace 12 meses junto a países de alto riesgo como Grecia, Irlanda y Portugal en cada documento y declaración de alerta del FMI, ahora España, pese a no haberse quitado de encima todos los fantasmas y peligros, es puesta como ejemplo.

Eso sucedió ayer en la rueda de prensa ofrecida en Washington por Antonio Borges, el portugués que dirige el Departamento Europeo del FMI, que aseguró que lo sucedido en el último año en España es una muestra de "como la buena política puede conseguir buenos resultados pronto".

"No es que se hayan resuelto todos los problemas, pero España está en el buen camino" y "en un mundo diferente" a Irlanda, Portugal y Grecia en opinión de Borges, que señaló que ese cambio ha sido "extremadamente tranquilizador" para unos mercados que "reconocen los avances".

El director del departamento europeo subrayó también el poder ejemplificador de la reforma del sistema bancario acometida en España. Alabó "un enfoque en la transparencia que ha sido muy bien recibido" y la capacidad de afrontar la complejidad del sistema de cajas pese a que ese sistema tenga un fuerte componente político además de económico.

El tono optimista de Borges no fue exclusivo para España y aunque apuntó en concreto a los retos de Portugal, Irlanda y Grecia --donde identificó "problemas estructurales tras muchos años en la dirección errónea" -- habló de un "ambiente positivo". "Lo que se está haciendo no está mal". Habló de "avances fantásticos" en el último año, cuando se ha contenido la crisis "a tres países relativamente pequeños".

(El ministro de finanzas de Portugal, que la semana solicitó ayuda externa que puede alcanzar los 80.000 millones en los próximos tres años, viajó ayer a Washington para reunirse con el director del FMI, Dominique Strauss-Kahn).

Borges, eso sí, reconoció las obvias preocupaciones que persisten para la generalidad de Europa y no solo para la periferia, preocupaciones encabezadas por los puntos flacos del sistema bancario. Aunque habló de "una mayoría de bancos fuertes y bien capitalizados", denunció que en el continente aún existe "un elemento de negación" sobre las dependencias del sistema financiero y las debilidades de algunas entidades, problemas cuya solución "debería ser la prioridad que haría a Europa más robusta".


REUNIÓN DEL G-20 Ayer arrancó también en Washington la reunión de ministros de finanzas del G-20, a la que ha acudido la ministra Elena Salgado. Según una fuente anónima citada por Reuters, el grupo ha acordado el uso de indicadores que señalarán las políticas económicas nacionales que representen retos para la economía global, pero no se ha decidido aún si se publicará una lista señalando a los países que crean desequilibrios excesivos.

En la reunión, distintos representantes europeos mostraron su exasperación ante los ataques de los mercados a los programas de rescate y Jean-Claude Juncker, presidente de los ministros de la eurozona, denunció que los mercados "se equivocan" si creen que los programas de apoyo son "insuficientemente sólidos".

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