La Comisión Europea ha propuesto reformar el sistema fiscal para combustibles de automoción y calefacción y vincularlo a las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y al consumo energético, de manera que se penalice a los carburantes más contaminantes, según informa la agencia EFE.
La medida que pretende contribuir a la lucha contra el cambio climático y actualizar el sistema vigente, que favorece a los combustibles fósiles frente a las renovables, podría traducirse —de aprobarse— en una subida del precio del diesel español de 8 céntimos de euro por litro de aquí a 2018.
"Es absurdo", resumió en rueda de prensa el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, al referirse a la situación actual en la que se tasa el trabajo y, no en la misma medida, la energía contaminante.
Nueva tasa
La CE pretende introducir una tasa de 20 euros por tonelada de CO2 y otra vinculada al consumo energético: 9,60 euros por gigajulio (GJ) para carburantes de motor y 15 céntimos de euro por GJ para combustibles de calefacción. Esa modificación elevará el umbral mínimo de tasación exigido en la UE para el diesel de los 330 euros por cada mil litros en la actualidad hasta los 412 euros en 2018, mientras que para la gasolina permanecerá alrededor de los 359 actuales.
España tiene a día de hoy su mínimo para el diesel fijado en los 331 euros por cada mil litros, por lo que deberá materializar un incremento de 8 céntimos por litro en los próximos siete años para situarse en el umbral europeo (412 euros). El umbral español para la gasolina (424 euros por cada mil litros) es sin embargo superior a los 359 euros europeos.
También subirán el mínimo de tasación para el keroseno (de 330 a 386 euros por cada mil litros), el gas natural (de 2,6 a 10,8 euros) y el gas licuado de petróleo (de 125 a 501 euros).
La propuesta, que debe ser aprobada por unanimidad de los Veintisiete, tiene pocas posibilidades de salir adelante, al menos en su formato actual, después de la oposición frontal a la misma que ya han adelantado países como Alemania. Pese a ello, ha conseguido provocar cierta alarma en la industria, que asegura que se traducirá en una subida de precios y perjudicará la venta de automóviles diesel.
Bruselas, en cambio, insiste en que en la práctica el impacto no será drástico porque la mayoría de los países de la UE ya superan los umbrales mínimos para 2018. Los estados miembros que más acusarían el cambio son los del este de Europa.
La CE incide asimismo en que, a pesar de que la medida está previsto que entre en vigor en 2013, se concederá un amplio periodo de transición hasta 2018 para respetar los umbrales de tasación mínimos y hasta 2023 para alinear los impuestos de los distintos combustibles.
Esta medida está pensada para cubrir aquellos sectores que quedan fuera del sistema comunitario de comercio de derechos de emisiones, en el que están incluidas unas 12.000 instalaciones de las industrias más contaminantes, como las papeleras, de cemento o de vidrio.
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