"No me gusta salir en los periódicos ni en televisión", explica Guillermo Fernández, el médico de Lastres (Asturias), que ha visto un tanto alterada su rutina. Desde que comenzó Doctor Mateo (Antena 3, domingos, 22 h.) , esta villa marinera perteneciente al Concejo de Colunga, no para de acaparar protagonismo. "Todo son comentarios. Los vecinos me dicen que me ven en el periódico e incluso me llaman Mateo", comenta.
Nosotros somos coloquiales en el trato y la forma de hablar. En cambio, se ve que los actores son gente de ciudad A diferencia del personaje que interpreta Gonzalo de Castro, agobiado por el estrés neoyorquino, el médico real de Lastres llegó de un pueblo de montaña y siempre ha ejercido en Asturias.
Al doctor Fernández no le agrada la ciudad: "Me gustaría vivir en el pueblo, pero las circunstancias no me lo permiten". Básicamente porque la antigua casa del médico no existe y tiene que "venir todos los días desde Oviedo".
"Hay muchos tópicos"
El galeno reconoce que su trabajo difiere del que se muestra en la tele: "Algunas cosas son tópicos. Me dedico más a la prevención que a la curación". Durante el rodaje, los productores no le pidieron asesoramiento, pero sí visitaron a algunos pacientes del pueblo.
Uno de los aspectos más curiosos de las visitas a domicilio que realiza el doctor son "los motes de los pacientes", que son tan reales como los de la ficción. De hecho, Fernández matiza que "a veces decimos el nombre y apellido y la gente no sabe quién es".
Otra profesión reseñable es la de profesor, a través del personaje que interpreta Natalia Verbeke. La jefa de estudios del Instituto Luces explica que la vida en el centro se "alteró muy poco" durante el rodaje, ya que "sólo algún alumno faltaba porque trabajaba de extra".
No hay policías dirigiendo vacas
Doctor Mateo recoge con bastante exactitud cómo es el día a día en un pueblo pequeño. Los propios llastrinos reconocen que son gente muy particular, pero "coloquiales en el trato y la forma de hablar. En cambio, se ve que los actores son gente de ciudad", dice la profesora quien se muestra disgustada porque se le cambiase el nombre al pueblo por el de San Martín del Sella.
Hay situaciones que son pura ficción, como la del policía local dirigiendo el tráfico de las vacas. Los agentes municipales "regulamos el tráfico, realizamos la vigilancia urbanística, hacemos de guías turísticos, etc." Y resaltan que no son tan estrictos como Alfredo (Álex O'Dogherty) en cuestiones de reciclaje.
En el aspecto económico, el rodaje también ha beneficiado a la zona. "Locales alquilados, extras, gastos de comida... sí que se notó para bien", dice una agente local. En el restaurante Varadero, donde siempre comía el equipo, se puede degustar la ensalada Mateo, en homenaje al protagonista.
Un recorrido por los escenarios
Salir cada domingo en la tele suscita el interés de quienes ven el lugar donde Mateo pasa consulta. La Fundación de Turismo de la Comarca de la Sidra prepara un tríptico para que se puedan recorrer las localizaciones de la serie.
La casa del médico, el faro de Luces, la playa de Lastres... son algunos sitios que incluye esta ruta de turismo televisivo. "El paisaje llastrín es un personaje más", explica Miguel Ángel Naredo, gerente de la Fundación, quien añade que se han multiplicado las llamadas de personas interesadas en visitar estos rincones.
Nosotros somos coloquiales en el trato y la forma de hablar. En cambio, se ve que los actores son gente de ciudad A diferencia del personaje que interpreta Gonzalo de Castro, agobiado por el estrés neoyorquino, el médico real de Lastres llegó de un pueblo de montaña y siempre ha ejercido en Asturias.
Al doctor Fernández no le agrada la ciudad: "Me gustaría vivir en el pueblo, pero las circunstancias no me lo permiten". Básicamente porque la antigua casa del médico no existe y tiene que "venir todos los días desde Oviedo".
"Hay muchos tópicos"
El galeno reconoce que su trabajo difiere del que se muestra en la tele: "Algunas cosas son tópicos. Me dedico más a la prevención que a la curación". Durante el rodaje, los productores no le pidieron asesoramiento, pero sí visitaron a algunos pacientes del pueblo.
Uno de los aspectos más curiosos de las visitas a domicilio que realiza el doctor son "los motes de los pacientes", que son tan reales como los de la ficción. De hecho, Fernández matiza que "a veces decimos el nombre y apellido y la gente no sabe quién es".
Otra profesión reseñable es la de profesor, a través del personaje que interpreta Natalia Verbeke. La jefa de estudios del Instituto Luces explica que la vida en el centro se "alteró muy poco" durante el rodaje, ya que "sólo algún alumno faltaba porque trabajaba de extra".
No hay policías dirigiendo vacas
Doctor Mateo recoge con bastante exactitud cómo es el día a día en un pueblo pequeño. Los propios llastrinos reconocen que son gente muy particular, pero "coloquiales en el trato y la forma de hablar. En cambio, se ve que los actores son gente de ciudad", dice la profesora quien se muestra disgustada porque se le cambiase el nombre al pueblo por el de San Martín del Sella.
Hay situaciones que son pura ficción, como la del policía local dirigiendo el tráfico de las vacas. Los agentes municipales "regulamos el tráfico, realizamos la vigilancia urbanística, hacemos de guías turísticos, etc." Y resaltan que no son tan estrictos como Alfredo (Álex O'Dogherty) en cuestiones de reciclaje.
En el aspecto económico, el rodaje también ha beneficiado a la zona. "Locales alquilados, extras, gastos de comida... sí que se notó para bien", dice una agente local. En el restaurante Varadero, donde siempre comía el equipo, se puede degustar la ensalada Mateo, en homenaje al protagonista.
Un recorrido por los escenarios
Salir cada domingo en la tele suscita el interés de quienes ven el lugar donde Mateo pasa consulta. La Fundación de Turismo de la Comarca de la Sidra prepara un tríptico para que se puedan recorrer las localizaciones de la serie.
La casa del médico, el faro de Luces, la playa de Lastres... son algunos sitios que incluye esta ruta de turismo televisivo. "El paisaje llastrín es un personaje más", explica Miguel Ángel Naredo, gerente de la Fundación, quien añade que se han multiplicado las llamadas de personas interesadas en visitar estos rincones.
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