Científicos británicos han encontrado una clara relación entre las infecciones gástricas por enterovirus y la reacción inmune que deriva en una diabetes insulinodependiente, lo que abre la puerta a una vacuna para prevenir una enfermedad contra la cual no existe actualmente cura.
EFE La conclusión, publicada en la revista europea "Diabetología", es el producto de sendos trabajos realizados en paralelo por el Peninsula Medical School y el Glasgow Royal Infirmary, que defienden que ese virus puede ser el punto por el que atacar a una enfermedad que dificulta la vida a millones de personas en el mundo.
En la diabetes tipo 1, también conocida como diabetes juvenil o diabetes insulinodependiente, las células beta del páncreas producen poca o ninguna insulina, de manera que la glucosa se acumula en el torrente sanguíneo, en lugar de penetrar en las células.
Esta variante de la enfermedad puede ocurrir a cualquier edad, aunque se diagnostica habitualmente después de los 20 años, por lo que la administración temprana de una vacuna puede ser crucial, ya que las personas aquejadas por este problema tienen que inyectarse durante toda su vida dosis de insulina para seguir vivos.
Los estudiosos británicos comprobaron que los enterovirus -que pueden causar vómitos y diarrea, pero que en muchos casos pasan desapercibidos- atacan las células beta del páncreas e, indirectamente, ponen en marcha una incontrolada respuesta del sistema inmunológico que deriva en una diabetes del tipo 1.
Por lo tanto, el desarrollo de una vacuna contra estos virus potencialmente detendría este proceso, algo para lo que será preciso seguir investigando, porque todavía no se ha definido qué enterovirus -existen más de 100- es el causante del problema.
El profesor Noel Morgan, del Peninsula Medical School, afirmó: "estamos sinceramente entusiasmados por el hallazgo. Es la primera vez que la comunidad científica ha podido constatar una evidencia tan clara de la relación entre la infección enteroviral de las células beta y el desarrollo de la diabetes tipo 1".
El equipo dirigido por Morgan pudo estudiar los hígados de 72 jóvenes muertos en Escocia menos de un año después de serles diagnosticada la enfermedad y constatar que en un 60% de los casos había evidencia de infección de las células beta por enterovirus.
"Los siguientes pasos en la investigación -explicó- son identificar qué enterovirus están involucrados, cómo cambian las células beta por la infección y desarrollar una vacuna eficaz que nos permita reducir drásticamente el número de personas enfermas".
EFE La conclusión, publicada en la revista europea "Diabetología", es el producto de sendos trabajos realizados en paralelo por el Peninsula Medical School y el Glasgow Royal Infirmary, que defienden que ese virus puede ser el punto por el que atacar a una enfermedad que dificulta la vida a millones de personas en el mundo.
En la diabetes tipo 1, también conocida como diabetes juvenil o diabetes insulinodependiente, las células beta del páncreas producen poca o ninguna insulina, de manera que la glucosa se acumula en el torrente sanguíneo, en lugar de penetrar en las células.
Esta variante de la enfermedad puede ocurrir a cualquier edad, aunque se diagnostica habitualmente después de los 20 años, por lo que la administración temprana de una vacuna puede ser crucial, ya que las personas aquejadas por este problema tienen que inyectarse durante toda su vida dosis de insulina para seguir vivos.
Los estudiosos británicos comprobaron que los enterovirus -que pueden causar vómitos y diarrea, pero que en muchos casos pasan desapercibidos- atacan las células beta del páncreas e, indirectamente, ponen en marcha una incontrolada respuesta del sistema inmunológico que deriva en una diabetes del tipo 1.
Por lo tanto, el desarrollo de una vacuna contra estos virus potencialmente detendría este proceso, algo para lo que será preciso seguir investigando, porque todavía no se ha definido qué enterovirus -existen más de 100- es el causante del problema.
El profesor Noel Morgan, del Peninsula Medical School, afirmó: "estamos sinceramente entusiasmados por el hallazgo. Es la primera vez que la comunidad científica ha podido constatar una evidencia tan clara de la relación entre la infección enteroviral de las células beta y el desarrollo de la diabetes tipo 1".
El equipo dirigido por Morgan pudo estudiar los hígados de 72 jóvenes muertos en Escocia menos de un año después de serles diagnosticada la enfermedad y constatar que en un 60% de los casos había evidencia de infección de las células beta por enterovirus.
"Los siguientes pasos en la investigación -explicó- son identificar qué enterovirus están involucrados, cómo cambian las células beta por la infección y desarrollar una vacuna eficaz que nos permita reducir drásticamente el número de personas enfermas".
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