El presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, planteó ayer en Madrid el modelo de reforma laboral que a su juicio debe abordar el Gobierno de Zapatero para hacer frente a la crisis, que incluye «una reflexión» sobre la flexibilización del despido, en línea con la demanda realizada por los empresarios.
Rivero, que protagonizó un almuerzo-coloquio organizado por el Foro Nueva Economía, dedicó la totalidad de su intervención inicial a esbozar a grandes rasgos un paquete de medidas para tiempos difíciles. «El Gobierno de España ha llegado tarde y mal a la crisis y ha perdido mucho tiempo pendiente de sus necesidades electorales», señaló, «es hora ya de empezar a aportar soluciones».
El primer paso que debe dar el Ejecutivo central es, según su criterio, abordar sin más dilación una reforma laboral basada en tres parámetros: evitar que se pierda más empleo, ayudar a los que no lo tienen y fomentar la creación de nuevos puestos de trabajo. Para ello, el presidente canario propone «abrir una reflexión» sobre la posibilidad de flexibilizar el despido, pese a reconocer que se trata de un asunto «espinoso».
«No se trata de articular medidas para despedir a los trabajadores», señaló, «pero ¿por qué no abrir un debate sobre lo que dicen los empresarios, que flexibilizar el mercado de trabajo facilitaría la contratación de nuevos trabajadores? ¿Por qué no abrir una reflexión?».
Rivero puso como ejemplo la posibilidad de llegar a acuerdos de despido con la mitad de la indemnización y que el 50% restante vaya a cargo del fondo de garantía salarial. «Habría que buscar fórmulas de este tipo para flexibilizar las condiciones», insistió.
Su propuesta parte de la base de abrir un diálogo fluido entre empresarios y sindicatos, aunque puntualizó que si en la negociación prevalecen las diferencias por «cuestiones tácticas» sobre la voluntad de buscar consenso, debe intervenir directamente el Ejecutivo. «Si no hay acuerdo es el Gobierno el que debe tomar las decisiones», aseguró, «intentando no agredir ni a unos ni a otros».
El presidente del Gobierno canario se mostró convencido de que la economía española no va a mejorar por sí sola por el hecho de que los grandes indicadores macroeconómicos internacionales cambien de signo. «España tiene un ritmo diferente, nuestros problemas no son los mismos que los de Estados Unidos y hay que adoptar medidas específicas», señaló. Según dijo, para que la situación de Canarias mejore «tiene que cambiar primero la situación económica de España».
Rajoy y Saavedra arropan al presidente.
El jefe del Ejecutivo canario estuvo bien arropado ayer durante el almuerzo coloquio que ofreció en Madrid. En la mesa presidencial del salón del hotel Ritz lo acompañó el presidente del PP y líder de la oposición, Mariano Rajoy, quien al final del acto, invitado por el director del Foro Nueva Economía, alzó su copa de cava para brindar «por el presidente de Canarias y por todos los canarios».
Notable fue sin embargo la ausencia de representantes del PSOE, a excepción hecha del alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Jerónimo Saavedra. Por parte del Gobierno canario asistieron los consejeros de Presidencia, José Miguel Ruano y de Asuntos Sociales, Inés Rojas. Hubo asimismo una notable presencia de diputados y senadores.
No faltaron tampoco empresarios, entre los que estaban Vicente Boluda, Santiago Bergareche, Carlos Pérez de Bricio, José Sánchez Rodríguez, Rafael González Bravo de Laguna, Sebastián Grisaleña, Pedro Agustín del Castillo, Enrique Hernandis y Agustín Espino.
Rivero, que protagonizó un almuerzo-coloquio organizado por el Foro Nueva Economía, dedicó la totalidad de su intervención inicial a esbozar a grandes rasgos un paquete de medidas para tiempos difíciles. «El Gobierno de España ha llegado tarde y mal a la crisis y ha perdido mucho tiempo pendiente de sus necesidades electorales», señaló, «es hora ya de empezar a aportar soluciones».
El primer paso que debe dar el Ejecutivo central es, según su criterio, abordar sin más dilación una reforma laboral basada en tres parámetros: evitar que se pierda más empleo, ayudar a los que no lo tienen y fomentar la creación de nuevos puestos de trabajo. Para ello, el presidente canario propone «abrir una reflexión» sobre la posibilidad de flexibilizar el despido, pese a reconocer que se trata de un asunto «espinoso».
«No se trata de articular medidas para despedir a los trabajadores», señaló, «pero ¿por qué no abrir un debate sobre lo que dicen los empresarios, que flexibilizar el mercado de trabajo facilitaría la contratación de nuevos trabajadores? ¿Por qué no abrir una reflexión?».
Rivero puso como ejemplo la posibilidad de llegar a acuerdos de despido con la mitad de la indemnización y que el 50% restante vaya a cargo del fondo de garantía salarial. «Habría que buscar fórmulas de este tipo para flexibilizar las condiciones», insistió.
Su propuesta parte de la base de abrir un diálogo fluido entre empresarios y sindicatos, aunque puntualizó que si en la negociación prevalecen las diferencias por «cuestiones tácticas» sobre la voluntad de buscar consenso, debe intervenir directamente el Ejecutivo. «Si no hay acuerdo es el Gobierno el que debe tomar las decisiones», aseguró, «intentando no agredir ni a unos ni a otros».
El presidente del Gobierno canario se mostró convencido de que la economía española no va a mejorar por sí sola por el hecho de que los grandes indicadores macroeconómicos internacionales cambien de signo. «España tiene un ritmo diferente, nuestros problemas no son los mismos que los de Estados Unidos y hay que adoptar medidas específicas», señaló. Según dijo, para que la situación de Canarias mejore «tiene que cambiar primero la situación económica de España».
Rajoy y Saavedra arropan al presidente.
El jefe del Ejecutivo canario estuvo bien arropado ayer durante el almuerzo coloquio que ofreció en Madrid. En la mesa presidencial del salón del hotel Ritz lo acompañó el presidente del PP y líder de la oposición, Mariano Rajoy, quien al final del acto, invitado por el director del Foro Nueva Economía, alzó su copa de cava para brindar «por el presidente de Canarias y por todos los canarios».
Notable fue sin embargo la ausencia de representantes del PSOE, a excepción hecha del alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Jerónimo Saavedra. Por parte del Gobierno canario asistieron los consejeros de Presidencia, José Miguel Ruano y de Asuntos Sociales, Inés Rojas. Hubo asimismo una notable presencia de diputados y senadores.
No faltaron tampoco empresarios, entre los que estaban Vicente Boluda, Santiago Bergareche, Carlos Pérez de Bricio, José Sánchez Rodríguez, Rafael González Bravo de Laguna, Sebastián Grisaleña, Pedro Agustín del Castillo, Enrique Hernandis y Agustín Espino.
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