Expertos del Programa de Nutrición y Salud han advertido de que seis de cada diez niños españoles presentan déficit de vitamina D, debido a la baja exposición solar, al uso de cremas protectoras y a dietas pobres en este nutriente, y alertaron de que esta cifra alcanza el 80 por ciento de la población infanto-juvenil al terminar el invierno.
Según explican los especialistas, esta vitamina es indispensable para que el intestino pueda absorber el calcio necesario para la óptima mineralización de los huesos, y su déficit puede repercutir de forma negativa en el crecimiento de los niños y en su salud general.
En concreto, alertan de que, entre otras consecuencias, la carencia de esta vitamina puede producir una disminución de la absorción de calcio, osteoporosis y aumento del riesgo de fracturas, e incluso podría propiciar el retorno de una importante amenaza infantil que supone el raquitismo.
A pesar de que la exposición solar es la principal fuente de obtención de este nutriente, el hecho de que haya que protegerse contra sus efectos nocivos provoca que el organismo no absorba la vitamina D, por lo que proponen la ingesta de alimentos enriquecidos con estos nutrientes para alcanzar los mínimos necesarios de forma más fácil.
En este sentido, señalan que a través de los productos lácteos es como mejor se absorbe el calcio, por lo que se recomienda tomar como mínimo 500 mililitros de leche (cuatro vasos de leche al día) o el equivalente en productos lácteos (cinco yogures o 150 gramos de queso de bola, manchego o en porciones), para conseguir de unos 800 a 1.200 miligramos de calcio.
Asimismo, indican que los quesos frescos semidesnatados enriquecidos con vitamina D son un sistema fácil, efectivo y rico para que los niños tomen la cantidad diaria recomendada de esta hormona.
Según explican los especialistas, esta vitamina es indispensable para que el intestino pueda absorber el calcio necesario para la óptima mineralización de los huesos, y su déficit puede repercutir de forma negativa en el crecimiento de los niños y en su salud general.
En concreto, alertan de que, entre otras consecuencias, la carencia de esta vitamina puede producir una disminución de la absorción de calcio, osteoporosis y aumento del riesgo de fracturas, e incluso podría propiciar el retorno de una importante amenaza infantil que supone el raquitismo.
A pesar de que la exposición solar es la principal fuente de obtención de este nutriente, el hecho de que haya que protegerse contra sus efectos nocivos provoca que el organismo no absorba la vitamina D, por lo que proponen la ingesta de alimentos enriquecidos con estos nutrientes para alcanzar los mínimos necesarios de forma más fácil.
En este sentido, señalan que a través de los productos lácteos es como mejor se absorbe el calcio, por lo que se recomienda tomar como mínimo 500 mililitros de leche (cuatro vasos de leche al día) o el equivalente en productos lácteos (cinco yogures o 150 gramos de queso de bola, manchego o en porciones), para conseguir de unos 800 a 1.200 miligramos de calcio.
Asimismo, indican que los quesos frescos semidesnatados enriquecidos con vitamina D son un sistema fácil, efectivo y rico para que los niños tomen la cantidad diaria recomendada de esta hormona.
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