El Ministerio de Industria, Turismo y Comercio acogió la semana pasada la presentación pública de la Primera Fase del Estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) “Impacto Económico de la Falsificación y la Piratería”, un acto organizado conjuntamente por la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) y la OCDE.
La presentación del estudio, la primera que se hace en España, contó con la presencia de la subsecretaria del ministerio, Amparo Fernández González, quien participó en la inauguración, y la embajadora de España ante la OCDE, Cristina Narbona, que clausuró el acto.
Esta primera fase el estudio se centra en el análisis de las infracciones de derechos de propiedad industrial e intelectual en productos tangibles. A esta fase le seguirán una segunda que estudiará la imitación desleal y piratería en la Red y una tercera que tratará sobre otras formas de imitación desleal y piratería no incluidas en las categorías anteriores.
En cuanto a los datos económicos analizados en el informe destacan los siguientes:
Los sectores más afectados son el textil y equipos electrónicos.
El 50 por ciento de las economías encuestadas afirman que el fenómeno se ha extendido a otros sectores durante los últimos 5 años. De ellos, el 26 por ciento cree que la expansión ha sido “rápida”. Sólo cuatro economías de las encuestadas consideran que este fenómeno ha reducido su ámbito en los últimos cinco años.
El valor de mercancías intervenidas en 30 economías asciende a 581 millones de dólares en 2005 (el 0,01 por ciento del total de importaciones de todas las economías afectadas).
El comercio de productos sensibles en el año 2004 ascendió a 6,59 billones de dólares (el 75 por ciento del comercio total).
Las cinco categorías de productos sensibles “más vendidos” suponen el 76 por ciento de las intervenciones de productos infractores y asciende a 1,63 billones de dólares (18 por ciento del comercio mundial).
En cuanto a las conclusiones sobre la magnitud del fenómeno cabe destacar que el volumen de la actividad infractora mundial ascendería 200.000 millones de dólares teniendo en cuenta que dicho resultado no abarca la totalidad de las operaciones aduaneras mundiales ni refleja los datos de los mercados domésticos.
El estudio tampoco refleja las infracciones digitales (que se verán en la fase II) por lo que la cifra real podría ser sensiblemente superior.
Durante el acto, que se celebró el pasado 26 de febrero, también se ha ofrecido una visión general de las actividades que, tanto a nivel nacional como comunitario, se están poniendo en marcha para luchar contra la piratería, unas iniciativas en las que participan conjuntamente los sectores público y privado.
El informe destaca la presencia cada vez mayor de productos de consumo masivo, incluyendo análisis específicos de sectores como el audiovisual, automoción, componentes eléctricos, alimentación, tabaco y farmacéutico.
Asimismo, subraya la importancia de distinguir entre los consumidores que compran dichos productos conscientes de su carácter de imitación desleal o pirata frente a los consumidores que son realmente engañados. El análisis del mercado incluye el estudio de otros factores como son la distribución y las conexiones con el crimen organizado.
Con este estudio se pretende concienciar de la importancia de los problemas relativos a la infracción de los derechos de propiedad industrial e intelectual, así como analizar los efectos sociales y económicos de este fenómeno.
La presentación del estudio, la primera que se hace en España, contó con la presencia de la subsecretaria del ministerio, Amparo Fernández González, quien participó en la inauguración, y la embajadora de España ante la OCDE, Cristina Narbona, que clausuró el acto.
Esta primera fase el estudio se centra en el análisis de las infracciones de derechos de propiedad industrial e intelectual en productos tangibles. A esta fase le seguirán una segunda que estudiará la imitación desleal y piratería en la Red y una tercera que tratará sobre otras formas de imitación desleal y piratería no incluidas en las categorías anteriores.
En cuanto a los datos económicos analizados en el informe destacan los siguientes:
Los sectores más afectados son el textil y equipos electrónicos.
El 50 por ciento de las economías encuestadas afirman que el fenómeno se ha extendido a otros sectores durante los últimos 5 años. De ellos, el 26 por ciento cree que la expansión ha sido “rápida”. Sólo cuatro economías de las encuestadas consideran que este fenómeno ha reducido su ámbito en los últimos cinco años.
El valor de mercancías intervenidas en 30 economías asciende a 581 millones de dólares en 2005 (el 0,01 por ciento del total de importaciones de todas las economías afectadas).
El comercio de productos sensibles en el año 2004 ascendió a 6,59 billones de dólares (el 75 por ciento del comercio total).
Las cinco categorías de productos sensibles “más vendidos” suponen el 76 por ciento de las intervenciones de productos infractores y asciende a 1,63 billones de dólares (18 por ciento del comercio mundial).
Los cinco principales países de origen de mercancías infractoras acumulan el 58 por ciento de todas las intervenciones de mercancías.
En cuanto a las conclusiones sobre la magnitud del fenómeno cabe destacar que el volumen de la actividad infractora mundial ascendería 200.000 millones de dólares teniendo en cuenta que dicho resultado no abarca la totalidad de las operaciones aduaneras mundiales ni refleja los datos de los mercados domésticos.
El estudio tampoco refleja las infracciones digitales (que se verán en la fase II) por lo que la cifra real podría ser sensiblemente superior.
Durante el acto, que se celebró el pasado 26 de febrero, también se ha ofrecido una visión general de las actividades que, tanto a nivel nacional como comunitario, se están poniendo en marcha para luchar contra la piratería, unas iniciativas en las que participan conjuntamente los sectores público y privado.
El informe destaca la presencia cada vez mayor de productos de consumo masivo, incluyendo análisis específicos de sectores como el audiovisual, automoción, componentes eléctricos, alimentación, tabaco y farmacéutico.
Asimismo, subraya la importancia de distinguir entre los consumidores que compran dichos productos conscientes de su carácter de imitación desleal o pirata frente a los consumidores que son realmente engañados. El análisis del mercado incluye el estudio de otros factores como son la distribución y las conexiones con el crimen organizado.
Con este estudio se pretende concienciar de la importancia de los problemas relativos a la infracción de los derechos de propiedad industrial e intelectual, así como analizar los efectos sociales y económicos de este fenómeno.
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