El Mando Naval de Canarias recibió este sábado su nueva bandera, en sustitución de la que hasta ahora era la de la Zona Marítima de Canarias, en un acto presidido por el jefe del Gobierno Autónomo, Paulino Rivero, y el almirante de Acción Marítima de la Armada, Emilio Nieto Manso.
Cientos de militares, muchos de ellos desde las cubiertas del buque escuela de la Armada Juan Sebastián Elcano y de las patrulleras Cazadora, Vencedora y Centinela, participaron en este acto, que tuvo lugar en el Muelle Santa Catalina de Las Palmas de Gran Canaria, con dichos barcos atracados alrededor de la explanada donde se rindieron honores a la nueva bandera.
Donada al Ejército por el Gobierno de Canarias, fue entregada por la esposa de su presidente, María de los Ángeles Mena, que ofició de madrina de la bandera del que, en virtud de la más reciente reorganización de las fuerzas armadas destinadas en las Islas, es ahora el Mando de Canarias, y no la Zona Marítima de Canarias, como hasta ahora.
Paulino Rivero justificó el gesto del Ejecutivo, que ya donara en 1983 la bandera de la que era entonces la Zona Marítima regional, por "la relación que une a la Armada con nuestro pueblo" canario.
Un pueblo cuyo devenir en medio del Océano Atlántico "no puede entenderse sin la presencia de la Armada", afirmó el presidente autonómico.
En esa línea, quiso expresar su "reconocimiento al esfuerzo y la labor realizada" en las Islas, tanto en lo referente a su aportación a la seguridad de los barcos canarios que surcan las aguas como a su determinante función en el mantenimiento de "una convivencia pacífica con los vecinos del entorno geográfico".
Rivero aludió incluso a la actual situación de crisis económica como un elemento más que aconseja la unidad de Canarias y la Armada, por ser éste, según dijo, un momento en el que, "más que nunca, debemos arrimar el hombro para remar en la misma dirección".
Por todo lo expuesto, finalizó su intervención declarando su apuesta de colaboración con la Armada para "la construcción de un espacio de convivencia, de respeto y de futuro" en el trato entre Mando Naval y autoridades regionales y locales.
Autoridades que asistieron en gran número al acto, donde no faltaron el vicepresidente del Gobierno Autónomo, José Manuel Soria; el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Jerónimo Saavedra, y varios de sus concejales, altos cargos del Tribunal Superior de Justicia de Canarias y hasta otras personalidades públicas como el rector de la Universidad local, José Regidor.
En la ceremonia participaron además, por parte del Ejército, una escuadra de gastadores, la banda de música, cornetas y tambores del Mando Aéreo de Canarias y una unidad de honores integrada por miembros de los ejércitos de Tierra y del Aire, de la Guardia Civil y de la Armada.
Efectivos que fueron también protagonistas, por momentos, del acto, al repartirse las tareas de arriado de la antigua bandera, que se guardará a partir de ahora en el Museo Naval de Canarias, e izado de la nueva, formaciones, desfiles y salvas de cañones y fusiles con los que homenajearon a sus enseñas y a las autoridades congregadas para la ocasión.
Cientos de militares, muchos de ellos desde las cubiertas del buque escuela de la Armada Juan Sebastián Elcano y de las patrulleras Cazadora, Vencedora y Centinela, participaron en este acto, que tuvo lugar en el Muelle Santa Catalina de Las Palmas de Gran Canaria, con dichos barcos atracados alrededor de la explanada donde se rindieron honores a la nueva bandera.
Donada al Ejército por el Gobierno de Canarias, fue entregada por la esposa de su presidente, María de los Ángeles Mena, que ofició de madrina de la bandera del que, en virtud de la más reciente reorganización de las fuerzas armadas destinadas en las Islas, es ahora el Mando de Canarias, y no la Zona Marítima de Canarias, como hasta ahora.
Paulino Rivero justificó el gesto del Ejecutivo, que ya donara en 1983 la bandera de la que era entonces la Zona Marítima regional, por "la relación que une a la Armada con nuestro pueblo" canario.
Un pueblo cuyo devenir en medio del Océano Atlántico "no puede entenderse sin la presencia de la Armada", afirmó el presidente autonómico.
En esa línea, quiso expresar su "reconocimiento al esfuerzo y la labor realizada" en las Islas, tanto en lo referente a su aportación a la seguridad de los barcos canarios que surcan las aguas como a su determinante función en el mantenimiento de "una convivencia pacífica con los vecinos del entorno geográfico".
Rivero aludió incluso a la actual situación de crisis económica como un elemento más que aconseja la unidad de Canarias y la Armada, por ser éste, según dijo, un momento en el que, "más que nunca, debemos arrimar el hombro para remar en la misma dirección".
Por todo lo expuesto, finalizó su intervención declarando su apuesta de colaboración con la Armada para "la construcción de un espacio de convivencia, de respeto y de futuro" en el trato entre Mando Naval y autoridades regionales y locales.
Autoridades que asistieron en gran número al acto, donde no faltaron el vicepresidente del Gobierno Autónomo, José Manuel Soria; el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Jerónimo Saavedra, y varios de sus concejales, altos cargos del Tribunal Superior de Justicia de Canarias y hasta otras personalidades públicas como el rector de la Universidad local, José Regidor.
En la ceremonia participaron además, por parte del Ejército, una escuadra de gastadores, la banda de música, cornetas y tambores del Mando Aéreo de Canarias y una unidad de honores integrada por miembros de los ejércitos de Tierra y del Aire, de la Guardia Civil y de la Armada.
Efectivos que fueron también protagonistas, por momentos, del acto, al repartirse las tareas de arriado de la antigua bandera, que se guardará a partir de ahora en el Museo Naval de Canarias, e izado de la nueva, formaciones, desfiles y salvas de cañones y fusiles con los que homenajearon a sus enseñas y a las autoridades congregadas para la ocasión.
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