El ser humano lleva siglos imprimiendo profundos cambios en el entorno, obligando a la naturaleza a adaptarse a los nuevos tiempos a un ritmo impensado. La velocidad a la que ha caminado la evolución técnica no ha dejado muchas oportunidades para las especies, entre ellas las aves, que cada día tienen que sortear un sinfín de inconvenientes en un intento de no engrosar las listas de especies con visos de desaparecer del mapa. Un reto -el de la supervivencia- que cada vez simula ser más complicado. Prueba de ello es que en Canarias nidifican alrededor de 90 especies de aves y, de ellas, "casi las tres cuartas partes están incluidas en el Catálogo de Especies Amenazadas de Canarias". A ello hay que añadir el peligro al que también se enfrentan las cerca de 300 aves migratorias que hacen escala en el Archipiélago. La causa principal que acaba con la vida de muchas de estas aves está en la acción humana. "La destrucción y deterioro de su hábitat (grandes urbanizaciones, campos de golf, tendidos eléctricos, carreteras, etcétera), reduce y acaba por extinguir las especies y, si bien cada vez se catalogan nuevas zonas (ZEPAS), éstas carecen de una protección real, explicó la delegada de SEO/ BirdLife en Canarias, Cristina González, a DIARIO DE AVISOS. Así, a día de hoy, existen varias especies que se encuentran en peligro de extinción, debiéndose destacar el pinzón azul de Gran Canaria, gravemente amenazado, o el alimoche común o guirre. También lo están la terrera marismeña en Tenerife o el cuervo, especialmente en Tenerife, Gran Canaria y La Palma.
No hay que olvidar, asimismo, la importancia de las aves esteparias y las aves marinas, cuyos hábitat se han visto especialmente afectados en las últimas décadas debido al aumento de la población y el auge del turismo. Todo ello deja bien patente "la situación actual de la avifauna canaria y la necesidad de una rigurosa y adecuada política medioambiental en las islas, que garantice la continuidad de éstas y de otras muchas especies que se encuentran catalogadas como amenazadas", señaló la responsable. Este escenario cobra más crudeza si se tiene en cuenta que el Archipiélago alberga cuatro especies de aves endémicas, la paloma rabiche, la paloma turqué, la tarabilla canaria y el pinzón azul, aunque en los últimos años se han llegado a aceptar como igualmente exclusivas el mosquitero canario y el reyezuelo canario. Hay también un buen número de subespecies o razas endémicas y existen, además, tres especies ’macaronésicas’, cuya área de distribución está limitada a algunos de los archipiélagos atlánticos (Canarias, Madeira y Azores). Éste es el caso del vencejo unicolor, el bisbita caminero y el canario.
Con la intención de garantizar la supervivencia de las especies, Seo Birdlife realiza constantemente tareas de divulgación científica. Uno de sus mayores empeños es lograr que la sociedad se movilice ante las aberraciones que el medio natural está viviendo. "Es necesaria mayor participación y consenso de los distintos agentes sociales". Un ejemplo de que no existe es "el caso del puerto de Granadilla", donde las administraciones públicas "han desoído a la comunidad científica". Además, "se han descatalogado los sebadales con una facilidad y falta de rigurosidad que hacen pensar que la protección de los espacios naturales depende de los intereses públicos y privados de unos pocos", señaló la bióloga.
No hay que olvidar, asimismo, la importancia de las aves esteparias y las aves marinas, cuyos hábitat se han visto especialmente afectados en las últimas décadas debido al aumento de la población y el auge del turismo. Todo ello deja bien patente "la situación actual de la avifauna canaria y la necesidad de una rigurosa y adecuada política medioambiental en las islas, que garantice la continuidad de éstas y de otras muchas especies que se encuentran catalogadas como amenazadas", señaló la responsable. Este escenario cobra más crudeza si se tiene en cuenta que el Archipiélago alberga cuatro especies de aves endémicas, la paloma rabiche, la paloma turqué, la tarabilla canaria y el pinzón azul, aunque en los últimos años se han llegado a aceptar como igualmente exclusivas el mosquitero canario y el reyezuelo canario. Hay también un buen número de subespecies o razas endémicas y existen, además, tres especies ’macaronésicas’, cuya área de distribución está limitada a algunos de los archipiélagos atlánticos (Canarias, Madeira y Azores). Éste es el caso del vencejo unicolor, el bisbita caminero y el canario.
Con la intención de garantizar la supervivencia de las especies, Seo Birdlife realiza constantemente tareas de divulgación científica. Uno de sus mayores empeños es lograr que la sociedad se movilice ante las aberraciones que el medio natural está viviendo. "Es necesaria mayor participación y consenso de los distintos agentes sociales". Un ejemplo de que no existe es "el caso del puerto de Granadilla", donde las administraciones públicas "han desoído a la comunidad científica". Además, "se han descatalogado los sebadales con una facilidad y falta de rigurosidad que hacen pensar que la protección de los espacios naturales depende de los intereses públicos y privados de unos pocos", señaló la bióloga.
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