Al menos la mitad de los veteranos de guerra que participaron en operaciones militares en Irak y Afganistán padecen actualmente depresión o desorden de estrés postraumático, de acuerdo a un estudio realizado durante el 2008.
Este análisis fue auspiciado por una empresa no lucrativa dedicada a la investigación.
“Estos padecimientos mentales afectan las funciones normales de cualquier individuo, no pueden trabajar, no tienen vida matrimonial e inclusive pueden llegar al suicidio”, señaló Rey Leal enfermero certificado en psiquiatría de la clínica Cambridge de esta ciudad.
“Inclusive varios de los incidentes viales fatales registrados el 2008 donde se han visto involucrados militares de Fort Bliss que estuvieron en combate pudieran derivarse de la depresión y estrés postraumático causado por las misiones de combate”, comentó elprofesionista.
Sara Villamontes, ex esposa de un militar relató que cuando Ramiro, quien era su esposo, regresó de la guerra, tenía episodios raros, y que inclusive hasta alucinaba en las noches.
“Estaba como ido, antes de que se fuera, yo estaba embarazada, y cuando regresó a casa, ni siquiera el hecho de tener un hijo lo hacia sonreir; iba con varios doctores y tomaba muchas medicinas para su depresión, pero al final de cuentas creo que fue mejor para mi hijo que me separara de él”, señaló.
De acuerdo a un reporte de Rand Corporation, aproximadamente la mitad de los 300 mil veteranos que han regresado al país luego de participar en operaciones militares en Irak y Afganistán han recibido tratamiento médico por depresión y estrés postraumático.
La empresa con base en el estado de California es la primera en realizar investigaciones para conocer la salud mental de los 1.65 millones de efectivos militares que han sido enviados a Irak o Afganistán.
El estudio de 500 páginas señala además que el 19.5 por ciento han recibido alguna contusión o lesión cerebral más seria durante el tiempo que permanecieron en combate.
El costo por no atender adecuadamente la depresión y los desórdenes de estrés pueden costar al país hasta 6.2 billones de dólares según señaló Lisa H. Jaicox una de las participantes en el análisis.
El estudio recomienda encontrar formas para proveer cuidado médico mental fuera de las instituciones manejadas por las fuerzas armadas del país, ya que la mayoría de los casi dos mil militares encuestados señalaron que les gustaría no tener que discutir con sus superiores, excepto aquellos que puedan ofrecerles ayuda médica.
“Para un tratamiento efectivo el paciente debe sentirse cómodo o de lo contrario pueden pasar sesiones sin ningún avance significativo, sería una medida muy sana permitir que los soldados reciban ayuda diferente a la proporcionada por las instituciones militares”, dijo Rey Leal.
Además el reporte de Rand recomienda referir a los veteranos que llegan de Irak y Afganistán a instituciones civiles dedicadas al cuidado médico mental.
Este análisis fue auspiciado por una empresa no lucrativa dedicada a la investigación.
“Estos padecimientos mentales afectan las funciones normales de cualquier individuo, no pueden trabajar, no tienen vida matrimonial e inclusive pueden llegar al suicidio”, señaló Rey Leal enfermero certificado en psiquiatría de la clínica Cambridge de esta ciudad.
“Inclusive varios de los incidentes viales fatales registrados el 2008 donde se han visto involucrados militares de Fort Bliss que estuvieron en combate pudieran derivarse de la depresión y estrés postraumático causado por las misiones de combate”, comentó elprofesionista.
Sara Villamontes, ex esposa de un militar relató que cuando Ramiro, quien era su esposo, regresó de la guerra, tenía episodios raros, y que inclusive hasta alucinaba en las noches.
“Estaba como ido, antes de que se fuera, yo estaba embarazada, y cuando regresó a casa, ni siquiera el hecho de tener un hijo lo hacia sonreir; iba con varios doctores y tomaba muchas medicinas para su depresión, pero al final de cuentas creo que fue mejor para mi hijo que me separara de él”, señaló.
De acuerdo a un reporte de Rand Corporation, aproximadamente la mitad de los 300 mil veteranos que han regresado al país luego de participar en operaciones militares en Irak y Afganistán han recibido tratamiento médico por depresión y estrés postraumático.
La empresa con base en el estado de California es la primera en realizar investigaciones para conocer la salud mental de los 1.65 millones de efectivos militares que han sido enviados a Irak o Afganistán.
El estudio de 500 páginas señala además que el 19.5 por ciento han recibido alguna contusión o lesión cerebral más seria durante el tiempo que permanecieron en combate.
El costo por no atender adecuadamente la depresión y los desórdenes de estrés pueden costar al país hasta 6.2 billones de dólares según señaló Lisa H. Jaicox una de las participantes en el análisis.
El estudio recomienda encontrar formas para proveer cuidado médico mental fuera de las instituciones manejadas por las fuerzas armadas del país, ya que la mayoría de los casi dos mil militares encuestados señalaron que les gustaría no tener que discutir con sus superiores, excepto aquellos que puedan ofrecerles ayuda médica.
“Para un tratamiento efectivo el paciente debe sentirse cómodo o de lo contrario pueden pasar sesiones sin ningún avance significativo, sería una medida muy sana permitir que los soldados reciban ayuda diferente a la proporcionada por las instituciones militares”, dijo Rey Leal.
Además el reporte de Rand recomienda referir a los veteranos que llegan de Irak y Afganistán a instituciones civiles dedicadas al cuidado médico mental.
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