domingo, 15 de febrero de 2009

Leucemia, un pulso que se puede ganar

Esta enfermedad provoca que la médula ósea normal sea reemplazada poco a poco por células leucémicas, lo que conlleva un descenso de glóbulos rojos, plaquetas y leucocitos normales. "Mis padres me dijeron que tenía una enfermedad en la sangre", dijo ayer el niño en una mesa redonda celebrada en Adano (Asociación de Ayuda a Niños con Cáncer de Navarra) con motivo del Día Internacional del Niño con Cáncer, que se celebra hoy.
Poco a poco, Juan entendió qué significaba la palabra leucemia. "Sabía que tenía cáncer porque el médico me advirtió que se me caería el pelo", recordó. Como consecuencia de su afección, el hospital de Pamplona acabó por ser la "segunda casa" de Juan.
"Nunca perdió el ánimo", asegura su madre, Inés Naranjo. Los médicos realizaron unas pruebas de compatibilidad de la médula ósea entre sus familiares más directos. "Cuando me dijeron que era compatible con mi hermano, no me lo pensé", señaló El Mekki Elboukrioui, de 19 años. El trasplante se llevó a cabo en Madrid. A partir de ese momento, la situación mejoró. "La quimioterapia cesó y poco a poco las cosas se volvieron "más sencillas", aseguró Naranjo.

En positivo

Juan está a punto de cumplir 14 años y, salvo las revisiones médicas periódicas que debe superar, se considera "un niño como los demás". Entre sus recuerdos, los positivos son "mucho más fuertes" que los negativos. "Me gustó poder ver a los jugadores del Real Madrid y acudir al concierto de Marea junto a mis monitores de Adano", se sinceró el joven.

La veintena de personas que se concentraron en la sede de la asociación, la mayoría familiares y afectados por la enfermedad, trasladaron las palabras de Juan a su caso personal. "Cáncer no es sinónimo de muerte", expresaron.

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