Las personas que empiezan a fumar antes de los 17 años de edad podrían tener un mayor riesgo de desarrollar esclerosis múltiple, según un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins. El trabajo se ha hecho público en la reunión anual de la Academia Americana de Neurología que se celebra en Seattle (Estados Unidos).
En el estudio participaron 87 personas con esclerosis múltiple que formaban parte de un estudio mayor con 30.000 personas. Aquellos que sufrían esclerosis múltiple se dividieron en tres grupos: no fumadores, fumadores que comenzaron a fumar antes de los 17 años y fumadores tardíos, que se engancharon al cigarrillo después de esta edad. Además se comparó a estas personas con 435 individuos con edad, sexo y raza similar, pero que no padecían esclerosis múltiple.
Aquellos que empezaron a fumar antes de los 17 años eran 2,7 veces más propensos a desarrollar esclerosis múltiple que los no fumadores. Los que probaron más tarde el nocivo hábito no tenían un mayor riesgo de la enfermedad.
Los resultados mostraron que más del 32 por ciento de los pacientes con la enfermedad eran fumadores precoces en comparación con el 19 por ciento de aquellos sin esclerosis múltiple.
Según explica Joseph Finkelstein, autor de la investigación, «los estudios muestran que los factores ambientales juegan un papel clave en la esclerosis múltiple. El tabaquismo precoz es un factor ambiental que puede evitarse»
En el estudio participaron 87 personas con esclerosis múltiple que formaban parte de un estudio mayor con 30.000 personas. Aquellos que sufrían esclerosis múltiple se dividieron en tres grupos: no fumadores, fumadores que comenzaron a fumar antes de los 17 años y fumadores tardíos, que se engancharon al cigarrillo después de esta edad. Además se comparó a estas personas con 435 individuos con edad, sexo y raza similar, pero que no padecían esclerosis múltiple.
Aquellos que empezaron a fumar antes de los 17 años eran 2,7 veces más propensos a desarrollar esclerosis múltiple que los no fumadores. Los que probaron más tarde el nocivo hábito no tenían un mayor riesgo de la enfermedad.
Los resultados mostraron que más del 32 por ciento de los pacientes con la enfermedad eran fumadores precoces en comparación con el 19 por ciento de aquellos sin esclerosis múltiple.
Según explica Joseph Finkelstein, autor de la investigación, «los estudios muestran que los factores ambientales juegan un papel clave en la esclerosis múltiple. El tabaquismo precoz es un factor ambiental que puede evitarse»
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