La causa del dolor de cuello no es sólo física. Un equipo de médicos en Alemania demostró que el estrés psicológico, en especial la depresión y la ansiedad, están estrechamente ligados al dolor de cuello constante.
Cuando las personas con dolor de cuello consultan a un médico, explicó el doctor Martin Scherer a Reuters Health, "en busca de resultados de largo plazo, es esencial considerar los factores psicosociales e incluirlos en las estrategias terapéuticas".
El equipo dirigido por Scherer, de la Universidad de Gottingen, estudió a 448 pacientes alemanes que habían tenido por lo menos un episodio de dolor de cuello.
Más de la mitad de ellos (el 56 por ciento) dijo que sentía dolor mientras respondía el cuestionario y un 26 por ciento lo había sufrido durante todo el año previo.
Según las respuestas obtenidas mediante un cuestionario estandarizado, el 20 por ciento de los participantes tenía un estado anímico depresivo y el 28 por ciento era ansioso, publicó el equipo en BMC Musculoskeletal Disorders.
Para los autores, las personas con depresión o ansiedad eran muy propensas a sufrir los niveles más altos de dolor de cuello.
Los resultados, indicaron los investigadores, sugieren que esos niveles están asociados con el grado de estrés psicológico.
"En otras palabras, a mayor dolor en pacientes con problemas (de cuello), mayor atención hay que prestarle al estrés psicosocial", añadió el equipo.
Esto, dijo Scherer a Reuters Health, "confirma que las terapias para el dolor cervical tienden a ser más efectivas si la atención de los pacientes crónicos no está orientada sólo a tratar los síntomas sino también los factores psicosociales, claves en la aparición y el pronóstico del dolor de cuello".
Cuando las personas con dolor de cuello consultan a un médico, explicó el doctor Martin Scherer a Reuters Health, "en busca de resultados de largo plazo, es esencial considerar los factores psicosociales e incluirlos en las estrategias terapéuticas".
El equipo dirigido por Scherer, de la Universidad de Gottingen, estudió a 448 pacientes alemanes que habían tenido por lo menos un episodio de dolor de cuello.
Más de la mitad de ellos (el 56 por ciento) dijo que sentía dolor mientras respondía el cuestionario y un 26 por ciento lo había sufrido durante todo el año previo.
Según las respuestas obtenidas mediante un cuestionario estandarizado, el 20 por ciento de los participantes tenía un estado anímico depresivo y el 28 por ciento era ansioso, publicó el equipo en BMC Musculoskeletal Disorders.
Para los autores, las personas con depresión o ansiedad eran muy propensas a sufrir los niveles más altos de dolor de cuello.
Los resultados, indicaron los investigadores, sugieren que esos niveles están asociados con el grado de estrés psicológico.
"En otras palabras, a mayor dolor en pacientes con problemas (de cuello), mayor atención hay que prestarle al estrés psicosocial", añadió el equipo.
Esto, dijo Scherer a Reuters Health, "confirma que las terapias para el dolor cervical tienden a ser más efectivas si la atención de los pacientes crónicos no está orientada sólo a tratar los síntomas sino también los factores psicosociales, claves en la aparición y el pronóstico del dolor de cuello".
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