En España, ya se divorcian un 63% de los que se casan; en Cataluña, las rupturas prácticamente alcanzan a los matrimonios
La familia continúa sufriendo serios reveses a tenor de los datos que muestran el poco reconocimiento del que goza en parte de la sociedad civil y de las iniciativas políticas y empresariales que juegan en su contra. Un vistazo a los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes al año 2007 permite juzgar con certeza la crisis matrimonial.
En España, hay casi el 63% de divorcios con respecto a bodas. Frente a los 203.697 casamientos, se produjeron un total de 125.777 rupturas (más allá de las 11.583 divorcios y las 150 nulidades).
En tan sólo cuatro años se ha experimentado un espectacular crecimiento en los divorcios, que en 2004 eran casi tres veces menos. En este sentido, se confirma la influencia que ha tenido la Nueva Ley del Divorcio (más conocida como Divorcio Exprés), de julio de 2005, que permite romper el vínculo a los tres meses y sin alegar causas.
Dentro de España, Idescat muestra que el caso de Cataluña es especialmente llamativo. De hecho, en 2007 se produjeron en esta comunidad casi el mismo número de uniones que de divorcios. En el primer apartado, la cantidad ascendía a 29.993 (lo que significa la cantidad más baja del último decenio y el mismo número que hace diez años cuando había un millón menos de habitantes), y en el segundo el número era de 23.833.
Basta mirar los enlaces por cada 1.000 personas para constatar una tendencia más que notable a la baja. En cuatro años, España ha perdido 0,5 puntos, pasando de 5 a 4,5. En Cataluña, queda en 4,2. Ambas cifras se encuentran alejadas de la media de la Europa de los 27, en cuyo caso es de 4,88 (la Zona Euro baja a 4,45). Dinamarca y Suecia están por encima de España con 6,70 y 5,24, respectivamente. Por debajo, algunos países como Holanda (4,49), Alemania (4,48), Italia (4,21) o Francia (4,19).
Hay que señalar los efectos negativos que implican que exista este retroceso en el número de matrimonios. Dentro de la estabilidad que da la unión con otra persona, hay que distinguir tanto la psicológica-emocional como la monetaria puesto que la economía compartida significa fuertes reducciones de los gastos.
Igualmente, en contraste con los matrimonios, se produce un incremento en las parejas de hecho. Ello trae como consecuencia, tal como indican las estadísticas, un riesgo para la mujer por el aumento de la violencia doméstica.
Por otra parte, el descenso de la natalidad es otra realidad que se puede comprobar con números en la mano y que va directamente ligado al descenso en los enlaces.
La familia continúa sufriendo serios reveses a tenor de los datos que muestran el poco reconocimiento del que goza en parte de la sociedad civil y de las iniciativas políticas y empresariales que juegan en su contra. Un vistazo a los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes al año 2007 permite juzgar con certeza la crisis matrimonial.
En España, hay casi el 63% de divorcios con respecto a bodas. Frente a los 203.697 casamientos, se produjeron un total de 125.777 rupturas (más allá de las 11.583 divorcios y las 150 nulidades).
En tan sólo cuatro años se ha experimentado un espectacular crecimiento en los divorcios, que en 2004 eran casi tres veces menos. En este sentido, se confirma la influencia que ha tenido la Nueva Ley del Divorcio (más conocida como Divorcio Exprés), de julio de 2005, que permite romper el vínculo a los tres meses y sin alegar causas.
Dentro de España, Idescat muestra que el caso de Cataluña es especialmente llamativo. De hecho, en 2007 se produjeron en esta comunidad casi el mismo número de uniones que de divorcios. En el primer apartado, la cantidad ascendía a 29.993 (lo que significa la cantidad más baja del último decenio y el mismo número que hace diez años cuando había un millón menos de habitantes), y en el segundo el número era de 23.833.
Basta mirar los enlaces por cada 1.000 personas para constatar una tendencia más que notable a la baja. En cuatro años, España ha perdido 0,5 puntos, pasando de 5 a 4,5. En Cataluña, queda en 4,2. Ambas cifras se encuentran alejadas de la media de la Europa de los 27, en cuyo caso es de 4,88 (la Zona Euro baja a 4,45). Dinamarca y Suecia están por encima de España con 6,70 y 5,24, respectivamente. Por debajo, algunos países como Holanda (4,49), Alemania (4,48), Italia (4,21) o Francia (4,19).
Hay que señalar los efectos negativos que implican que exista este retroceso en el número de matrimonios. Dentro de la estabilidad que da la unión con otra persona, hay que distinguir tanto la psicológica-emocional como la monetaria puesto que la economía compartida significa fuertes reducciones de los gastos.
Igualmente, en contraste con los matrimonios, se produce un incremento en las parejas de hecho. Ello trae como consecuencia, tal como indican las estadísticas, un riesgo para la mujer por el aumento de la violencia doméstica.
Por otra parte, el descenso de la natalidad es otra realidad que se puede comprobar con números en la mano y que va directamente ligado al descenso en los enlaces.
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