domingo, 21 de diciembre de 2008

El transporte público es antiobesidad

Los países que cuentan con más medios de transporte activo físicamente, como la bicicleta, el caminar o el transporte público, presentan menores niveles de obesidad que los países enfocados en el uso de automóviles, según un estudio.

El informe, realizado por investigadores de la Universidad de Tenesí y de la Universidad Rutgers, relaciona el hecho de caminar, ir en bicicleta o tomar medios de transporte público para ir al trabajo o a la escuela con niveles bajos de obesidad en 17 países industrializados de Europa, Norte América y Australia.


"Los países con el mayor nivel de transporte activo generalmente registran los menores niveles de obesidad", concluyeron David Bassett, de la Universidad de Tenesí y John Pucher de la Universidad de Rutgers.


Los estadounidenses, que sufren los niveles más altos de obesidad, son los que tienen menos posibilidades de transporte físicamente más activo, según el estudio publicado en la revista Journal of Physical Activity and Health (revista de Actividad Física y Salud). La investigación se basó en datos sobre salud y costumbres de viaje y transporte de cada país.


Sólo 12% de los estadounidenses hacen uso del "transporte activo" en Estados Unidos: 9% camina, 1% monta bicicleta y 2% toma tren o autobús. Entre un cuarto y un tercio de la población estadounidense es obesa, señaló el estudio.


En contraste, un 67% de los ciudadanos de Letonia, un 62% de los suecos y un 52% de los holandeses caminan, van en bicicleta o utilizan el transporte público. El índice de obesidad de Letonia es del 14%, el de Países Bajos es del 11% y el de Suecia es del 9%.


Datos similares se registraron en Canadá, donde un 19% hace uso del "transporte activo" y un 23% de la población es obesa, y en Australia, donde un 14% usa el "transporte activo" y un 21% de la población es obesa.


"Los europeos caminan tres veces más lejos que los estadounidense y pedalean cinco veces más lejos que los estadounidenses", afirmó Bassett.


Los autores del estudio dijeron que los estadounidenses utilizan más su automóvil, en parte, porque no tienen más remedio. Las zonas urbanas europeas son más densas y la infraestructura está diseñada para moverse de un sitio a otro sin usar automóvil.


Los europeos caminan un promedio de 381 kilómetros (237 millas) y recorren en bicicleta una media de 186 kilómetros (116 millas) al año, mientras que los estadounidenses caminan unos 140 kilómetros (87 millas) y recorren unos 38 kilómetros (24 millas) en bicicleta en el mismo periodo de tiempo, según la investigación.


Bassett y Pucher calcularon que eso supone quemar de 2,27 a cuatro kilos (de cinco a nueve libras) de grasa anualmente para los europeos, comparados con tan sólo 0.9 kilos (dos libras) para los estadounidenses.


Susan Handy, quien dirige el Centro de Transporte Sostenible en la Universidad de California, asegura que, aunque el análisis no demuestra que el transporte reduce los niveles de obesidad, el estudio promueve de forma excelente el "transporte activo".


"La pregunta, entonces, es ¿qué hacemos?", dijo Handy, que no participó en el informe. "¿Cómo logramos que más gente camine y use la bicicleta en Estados Unidos?".

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