La constante sangría de empleos que la crisis está provocando puede encontrar en la Formación Profesional (FP) el antídoto adecuado para el mal. Pero esto será imposible si el sistema educativo no logra atraer hacia la FP a un mayor número de alumnos, ya que en España existe un notable desequilibrio entre el número de titulados universitarios y el de los que poseen un título de FP de Grado Medio. Así se desprende de las conclusiones del informe "La formación profesional en España. Hacia la sociedad del conocimiento" presentado do por la Fundación "la Caixa".
El informe, que forma parte de la colección de Estudios Sociales de la mencionada da fundación analiza el proceso de transición hacia un sistema de formación profesional moderno tanto de los jóvenes antes de incorporarse al mercado laboral como de los trabajadores activos o desempleados que necesiten actualizar sus conocimientos y habilidades. Los datos ponen de manifiesto que en España sólo el 23,1% de la población ocupada tiene una cualificación profesional intermedia, mientras que en Europa el porcentaje medio asciende a un 49%.
La investigación destaca como los países europeos más avanzados diseñaron diferentes sistemas de FP en la primera mitad del siglo pasado. Por el contrario, en España este proceso se vio considerablemente retardado por la debilidad de los inicios de la industrialización y por las turbulencias políticas. Como consecuencia de ello, la imagen de la FP cayó en desprestigio, especialmente acentuado por el hecho de que aquellos estudiantes que no obtenían el graduado escolar se vieran abocados a tener que continuar sus estudios a través de la FP de primer grado. Esta obligación agudizó la desconsideración de la FP hasta el punto de quedar reducida a la última vía de reconducción de aquellos estudiantes fracasados en la escolarización obligatoria, un estigma que la FP actual está intentando erradicar.
En los años 90, la Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo (Logse) puso las bases de una formación profesional inicial moderna. Sin embargo, dejó sin resolver una cuestión de vital importancia: qué salida alternativa quedaba a los jóvenes que no obtenían el Graduado en Educación Secundaria Obligatoria (ESO).
Hay que recordar que España tiene uno de los peores indicadores de abandono prematuro del sistema educativo. En 2007, el 31 % de los jóvenes entre 18 y 24 años no había conseguido obtener el Graduado de la ESO ni continuaba estudiando, cuando en el conjunto de la Unión Europea ese porcentaje sólo llegaba al 14,8%. Esta circunstancia impide el acceso a la FP inicial de un significativo número de eventuales estudiantes, a la vez que implica que, durante años, miles de jóvenes hayan abandonado el sistema educativo sin ninguna cualificación ni preparación para el mercado de trabajo.
España tiene uno de los peores indicadores de abandono prematuro del sistema educativo; en 2007, el 31 % de los jóvenes entre 18 y 24 años no había conseguido obtener el Graduado de la ESO ni continuaba estudiandooComo aspecto positivo de la Logse destaca la incorporación de la FP en los centros educativos de enseñanza secundaria, así como el establecimiento de prácticas en empresas como contenido obligatorio para todos los ciclos formativos. Estos pasos, junto a los buenos resultados recientes que arroja la inserción laboral de jóvenes formados en FP, ofrece un horizonte de revalorizaciónd e esta vía formativa. Sin embargo y en comparación con los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) España continúa ofreciendo un elevado índice de prevalencia del Bachillerato sobre los ciclos formativos de FP en la enseñanza postsecundaria.
En comparación con el modelo de cualificación que domina en Europa, España presenta una sobreabundancia de mano de obra poco cualificada y una escasez de cualificaciones intermedias. Los países miembros de la UE tienen un 23,2% de la población entre 25 y 64 años con un nivel educativo bajo, que corresponde a los estudios primarios y de primer ciclo de enseñanza secundaria, es decir, a la Educación Secundaria Obligatoria(ESO). Por el contrario, España casi duplica esta proporción, que se cuantifica en un 42,4%. Por otra parte, en Europa, como promedio, el 49% de la población ocupada tiene una cualificación profesional intermedia ; en España este porcentaje sólo alcanza el 23,1%.
En esta línea, el estudio constata como las economías más potentes de Europa se sustentan en una mayoría de población con titulaciones intermedias. En ellas, la suma de la población con calificaciones intermedias y superiores alcanza el 76,7%. En España, este grupo representa un 57,6%, veinte puntos por debajo de la media continental. El director de la Fundación La Caixa, Jaime Lanaspa, explica que "este hecho conlleva consecuencias para el desarrollo económico, como la presencia de una demanda de empleo de cualificación intermedia que coexiste con los altos niveles de desempleo actuales"
El estudio ha detectado también una progresiva feminización de la formación profesional, ya que el 49% de los matriculados en el curso 2006-2007 fueron mujeres, aunque su presencia se concentra en familias profesionales concretas (sanidad, administración e imagen personal). Además, el autor del informe Oriol Homs. destaca que hay "una mayor ambición profesional en las mujeres, que deciden concluir sus estudios de Bachillerato para acceder a ciclos superiores" donde el número de mujeres matriculadas (51%) supera al número de hombres.
Por otra parte, se advierten desigualdades entre las comunidades autónomas. Así, País Vasco, Galicia, Asturias y Cataluña presentan una tasa bruta de escolarización en formación profesional inicial cercana al 30%, que se aproxima a la media europea, mientras otras comunidades como Madrid, Murcia o Baleares se encuentran en torno al 20% por ciento.
El estudio también resalta que existe una mayor proporción de jóvenes inmigrantes en la FP (34.616 en el curso 2007-2008) y que Madrid, Baleares y Asturias son las comunidades con un mayor porcentaje de alumnos extranjeros matriculados.
En 2007, más de 3,7 millones de personas se encontraban en España realizando algún curso de formación profesional inicial, continua u ocupacional. "Algunos estudios afirman que un 70% de los alumnos encuentran un empleo en aquello que estudiaron antes de tres meses después de la finalización de sus estudios"
Convalidar el trabajo en el hogar
Según el informe, el problema español radica en la incapacidad del sistema de formación de incentivar esas cualificaciones intermedias. Ello se debe, básicamente, a los elevado índices de abandono escolar prematuro que duplica la media europea. Ante esta situación, el Gobierno se ha planteado reducir los índices de abandono en un plazo de tres años (hasta 2012) , impulsar los Programas de Cualificación Profesiaonl Inicial-para alumnos que no han logrado el título de ESO- y potenciar la FP de Grado Medio. Con las medidas, que comenzarán a aplicarse este mismo año, quiere recobrar para la FP a 200.000 alumnos.
El real decreto que desarrolla la actual Ley de Formación Profesional y que será aprobado el próximo mes de febrero pretende que quienes tengan conocimientos y experiencia profesional no reconoida por un título puede someterlas a evaluación para que les sean reconocidas. Una vez acreditadas de forma oficial, podrán convalidar una parte de la formación exigida para obtener un título.
En concreto, se arbitrarán tres vías de acceso a la convalidación de módulos formativos. La primera está reservada a los trabajadores mayores de 20 años, con al menos tres de experiencia laboral. La segunda se destina a quienes acreditan 300 horas de formación aunque la hayan obtenido en cursos oficiales. Finalmente, se abrirá un camino extraordinario para mayores de 25 años, "fundamentalmente mujeres", que no reúnan los requisitos anteriores. En esta apartado se primará el trabajo en el hogar para acceder a un título de FP. En la primera fase de aplicación del decreto tendrán preferencia titulaciones relacionadas con Educación Infantil, Dependencia y Energías Renovables.
El objetivo del plan es recuperar a profesionales que salieron del sistema educativo prematuramente o que nunca estuvieron en él. Según al ministra de Educación, Política Social y Deporte, Mercedes Cabrera, a lo largo de este año, 35.000 personas podrían incorporarse a estudios relacionados con la Ley de Dependencia.