Colet, funcionario municipal y guía del Museo de las Artes y Tradiciones Catalanas, pulverizó el anterior registro, el de un indio que habló durante 120 horas.
Ubicado en una oficina de la estación de Perpiñán, Colet comenzó a hablar el lunes 12 de enero a las 10:00 y acabó este sábado a las 14:00. En este tiempo, durante el cual estuvo vigilado por un médico, Colet no pudo dormir y sólo se alimentó con comida ligera con el objetivo de que su discurso no fuese interrumpido.
Este francés ya fue en su momento récord mundial en 2004, tras hablar ininterrumpidamente durante 48 horas.
En esas 124 horas, Colet alternó textos y poemas de grandes autores con escritos personales, y dedicó mucho tiempo a Salvador Dalí, un artista al que venera, y a la cultura catalana, que defiende ardientemente.
Colet estuvo acompañado por un numeroso público durante la prueba, al tiempo que músicos y cantantes le acompañaron puntualmente. Todos le dedicaron una gran ovación tras alcanzar su proeza.
"Es un gran día para mí y dedico este récord a todos aquellos que defienden la cultura y la lengua catalanas", declaró Colet tras su récord, casi afónico y visiblemente cansado.
El récord, que permitirá a Colet entrar a formar parte del Libro Guiness de los Récords, fue homologado y controlado por tres bedeles.
Ubicado en una oficina de la estación de Perpiñán, Colet comenzó a hablar el lunes 12 de enero a las 10:00 y acabó este sábado a las 14:00. En este tiempo, durante el cual estuvo vigilado por un médico, Colet no pudo dormir y sólo se alimentó con comida ligera con el objetivo de que su discurso no fuese interrumpido.
Este francés ya fue en su momento récord mundial en 2004, tras hablar ininterrumpidamente durante 48 horas.
En esas 124 horas, Colet alternó textos y poemas de grandes autores con escritos personales, y dedicó mucho tiempo a Salvador Dalí, un artista al que venera, y a la cultura catalana, que defiende ardientemente.
Colet estuvo acompañado por un numeroso público durante la prueba, al tiempo que músicos y cantantes le acompañaron puntualmente. Todos le dedicaron una gran ovación tras alcanzar su proeza.
"Es un gran día para mí y dedico este récord a todos aquellos que defienden la cultura y la lengua catalanas", declaró Colet tras su récord, casi afónico y visiblemente cansado.
El récord, que permitirá a Colet entrar a formar parte del Libro Guiness de los Récords, fue homologado y controlado por tres bedeles.
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