Un avión que se disponía a despegar ayer del aeropuerto coruñés de Alvedro se quedó en tierra a causa del daño provocado por un rayo en el sistema eléctrico del aparato. La nave, que tenía previsto su salida a las 9.30 horas hacia Sevilla, tenía sesenta pasajeros a bordo, que tuvieron que dejar el avión y volar a Madrid para allí hacer transbordo a su destino final.
En A Coruña, el trasatlántico Balmoral zarpó entre grandes olas con menos pasajeros, las mismas que afectaron a dos buques fondeados en la ría de Ares, cuyas anclas se desengancharon y sus capitanes pusieron proa al norte para capear el temporal. Un helicóptero tuvo que evacuar al tripulante accidentado de un barco a 125 millas de la costa coruñesa.
De hecho, el litoral está acusando de forma especial los efectos del mal tiempo. Las flotas de A Mariña y la Costa da Morte permanecen amarradas, lo que se traduce en un descenso de actividad en las lonjas. Los marineros de la Cofradía de Lira, por ejemplo, llevan ya siete días consecutivos sin faenar por culpa del mar de fondo. En Ribeira, el pescado y molusco subastados cayó un 70% en las dos últimas jornadas.
En el interior los problemas fueron otros. En Agolada -donde también hubo una decena de cortes de luz-, Protección Civil trasladó a un paciente hasta el centro de salud, mientras que en Pedrafita una quitanieves abrió paso a una ambulancia.
La nieve y granizo en las carreteras impidió también la asistencia a clase de casi 20.000 alumnos de 94 centros, que permanecieron cerrados. Las provincias más afectadas fueron Ourense y Lugo, con 6.500 y 5.800 niños en casa, respectivamente.
En A Coruña, el trasatlántico Balmoral zarpó entre grandes olas con menos pasajeros, las mismas que afectaron a dos buques fondeados en la ría de Ares, cuyas anclas se desengancharon y sus capitanes pusieron proa al norte para capear el temporal. Un helicóptero tuvo que evacuar al tripulante accidentado de un barco a 125 millas de la costa coruñesa.
De hecho, el litoral está acusando de forma especial los efectos del mal tiempo. Las flotas de A Mariña y la Costa da Morte permanecen amarradas, lo que se traduce en un descenso de actividad en las lonjas. Los marineros de la Cofradía de Lira, por ejemplo, llevan ya siete días consecutivos sin faenar por culpa del mar de fondo. En Ribeira, el pescado y molusco subastados cayó un 70% en las dos últimas jornadas.
En el interior los problemas fueron otros. En Agolada -donde también hubo una decena de cortes de luz-, Protección Civil trasladó a un paciente hasta el centro de salud, mientras que en Pedrafita una quitanieves abrió paso a una ambulancia.
La nieve y granizo en las carreteras impidió también la asistencia a clase de casi 20.000 alumnos de 94 centros, que permanecieron cerrados. Las provincias más afectadas fueron Ourense y Lugo, con 6.500 y 5.800 niños en casa, respectivamente.
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