Todo lo que sube baja pero eso no quiere decir que lo haga a la misma velocidad. Cuando hace unos meses el precio del petroleo se encontraba disparado a 150 dólares muchos alimentos como el aceite, la harina o la leche registraron incrementos que rozaban el 50%. Pero ahora con el petroleo a 46 dolares muchos precios no han bajado e incluso algunos han continuado subiendo, según denuncia la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) quien asegura que el precio de los alimentos no está ligado a la materia prima ya que con un mismo elemento base unos productos suben sus precios mientras otros los descienden.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) denunció hoy que fabricantes y distribuidores aumentaron "inmediatamente" el precio de los alimentos cuando el barril de petróleo alcanzó los 150 dólares, pero que una vez hundido el precio del crudo y de otras materias primas, éstos no aplicaron los descensos en el precio final de los alimentos.
A principios del pasado año, los precios de los alimentos ascendieron con fuerza. Las espectaculares subidas se justificaron por el alza del precio del petróleo que llegó a su cenit en julio y por el precio de las materias primas en los mercados internacionales, especialmente los cereales, que tocaron techo en los primeros meses de año.
Fabricantes y distribuidores repercutieron de inmediato estas subidas en los precios de los alimentos. Así según un estudio de la OCU, entre noviembre de 2006 y mayo de 2008, todos los alimentos de marcas conocidas subieron su precio, como es el caso del aceite de girasol (47%), harina (46%), margarina y mayonesa (28%), leche condensada (23%) y leche UHT (18%).
Sin embargo, en diciembre de 2008, con el petróleo a 46 dólares por barril y el IPC en caída desde junio (-0'8) sólo 4 de los 16 productos bajaron de forma significativa y siempre en menor proporción de lo que lo habían subido. Los restantes se mantuvieron sin grandes cambios e incluso hubo dos (arroz y la leche condensada) que prosiguieron su escalada.
Las marcas blancas suben más
La OCU ha constatado también que los productos de las marcas baratas, que son los que compran quienes priman el ahorro, casi siempre se encarecieron más. En efecto, la variación media de precios en las marcas blancas resultó mayor que en las marcas de fabricante.
En concreto, su precio se incrementó un 8% más que los del fabricante, aunque las bajadas, cuando se produjeron, resultaron más notables.
Según los datos de la OCU el aceite de girasol elevó sus precios un 78,5% entre noviembre de 2006 y mayo de 2008, los macarrones un 53,9% y la harina un 42,5%. Cuando llegó el momento de la bajada el aceite, las magdalenas y el yogur encabezaron los descensos aunque otros productos como el arroz (21,6%) o los refrescos de cola (10,9%) que siguieron su escalada imparable.
Lo cierto es que las marcas blancas trasladaron de inmediato todas las subidas al consumidor aunque también es cierto que operan con margenes más estrechos. Eso no quiere decir, según la OCU que ya no sean económicas. "Lo son y de hecho comprando marcas blancas en nuestra cesta de la compra se puede ahorrar alrededor de un 37%", explica la organización de consumidores.
Por último, la organización indica en su informe que el precio de un alimento no está siempre ligado al de la materia prima, al constatar que algunos productos derivados de la misma materia prima, (por ejemplo del trigo), como las magdalenas, redujeron su precio; otros, como el pan de molde, continuó subiendo por un tiempo mientras el precio del trigo panificable descendía en los mercados.
El estudio de la OCU muestra como los lácteos siguieron trayectorias dispares (el yogur baja y la leche sube). En cambio, el precio del arroz en las tiendas, que no cesa de subir, si reflejaba su imparable ascenso internacional.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) denunció hoy que fabricantes y distribuidores aumentaron "inmediatamente" el precio de los alimentos cuando el barril de petróleo alcanzó los 150 dólares, pero que una vez hundido el precio del crudo y de otras materias primas, éstos no aplicaron los descensos en el precio final de los alimentos.
A principios del pasado año, los precios de los alimentos ascendieron con fuerza. Las espectaculares subidas se justificaron por el alza del precio del petróleo que llegó a su cenit en julio y por el precio de las materias primas en los mercados internacionales, especialmente los cereales, que tocaron techo en los primeros meses de año.
Fabricantes y distribuidores repercutieron de inmediato estas subidas en los precios de los alimentos. Así según un estudio de la OCU, entre noviembre de 2006 y mayo de 2008, todos los alimentos de marcas conocidas subieron su precio, como es el caso del aceite de girasol (47%), harina (46%), margarina y mayonesa (28%), leche condensada (23%) y leche UHT (18%).
Sin embargo, en diciembre de 2008, con el petróleo a 46 dólares por barril y el IPC en caída desde junio (-0'8) sólo 4 de los 16 productos bajaron de forma significativa y siempre en menor proporción de lo que lo habían subido. Los restantes se mantuvieron sin grandes cambios e incluso hubo dos (arroz y la leche condensada) que prosiguieron su escalada.
Las marcas blancas suben más
La OCU ha constatado también que los productos de las marcas baratas, que son los que compran quienes priman el ahorro, casi siempre se encarecieron más. En efecto, la variación media de precios en las marcas blancas resultó mayor que en las marcas de fabricante.
En concreto, su precio se incrementó un 8% más que los del fabricante, aunque las bajadas, cuando se produjeron, resultaron más notables.
Según los datos de la OCU el aceite de girasol elevó sus precios un 78,5% entre noviembre de 2006 y mayo de 2008, los macarrones un 53,9% y la harina un 42,5%. Cuando llegó el momento de la bajada el aceite, las magdalenas y el yogur encabezaron los descensos aunque otros productos como el arroz (21,6%) o los refrescos de cola (10,9%) que siguieron su escalada imparable.
Lo cierto es que las marcas blancas trasladaron de inmediato todas las subidas al consumidor aunque también es cierto que operan con margenes más estrechos. Eso no quiere decir, según la OCU que ya no sean económicas. "Lo son y de hecho comprando marcas blancas en nuestra cesta de la compra se puede ahorrar alrededor de un 37%", explica la organización de consumidores.
Por último, la organización indica en su informe que el precio de un alimento no está siempre ligado al de la materia prima, al constatar que algunos productos derivados de la misma materia prima, (por ejemplo del trigo), como las magdalenas, redujeron su precio; otros, como el pan de molde, continuó subiendo por un tiempo mientras el precio del trigo panificable descendía en los mercados.
El estudio de la OCU muestra como los lácteos siguieron trayectorias dispares (el yogur baja y la leche sube). En cambio, el precio del arroz en las tiendas, que no cesa de subir, si reflejaba su imparable ascenso internacional.
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