Investigadores de la Universidad de Nottingham (Reino Unido) han descubierto que una alta actividad sexual entre los 20 y 40 años puede aumentar el riesgo de padecer cáncer de próstata más adelante mientras que, por contra, a partir de los 50 puede ser incluso beneficioso para protegerse de esta enfermedad, según los resultados del estudio que aparecen publicados en el último número del «British Journal of Urology (BJU) International».
En el estudio participaron más de 800 pacientes de los que 431 eran hombres a los que se les había diagnosticado este tumor antes de llegar a los 60 años. A todos ellos se les hizo un riguroso cuestionario que ahondaba en su vida sexual a partir de los 20 años, resaltando el momento en que comenzaron a mantener relaciones sexuales, la frecuencia de éstas y de otras prácticas como la masturbación, el número de parejas y si habían padecido algún tipo de enfermedad de transmisión sexual.
De este modo, se observó que el 59 por ciento de los pacientes con cáncer de próstata mantenían relaciones sexuales o se masturbaban más de 12 veces al mes desde los 20 a los 30 años, cifra que iba descendiendo progresivamente en la treintena (un 48%) y al llegar a los cuarenta (28%).
De hecho, y para compararlo con la actividad sexual de los ciudadanos sanos, se tomo otra medida y se observó que entre los 20 y 30 años el 40 por ciento de los enfermos de cáncer de próstata copularon o se practicaron la masturbación más de 20 veces al mes, en comparación con el 32 por ciento de los pacientes que no habían desarrollado cáncer.
Además, el 39 por ciento de los pacientes con cáncer de próstata habían mantenido relaciones sexuales con al menos seis parejas distintas, en comparación con el 31 por ciento de los encuestados sanos, así como también había más frecuencia de enfermedades de transmisión sexual.
El efecto «protector» del sexo a partir de los 50
Sin embargo, y según explica el autor de la investigación, Polyxeni Dimitropoulou, la actividad sexual al llegar a los cincuenta no mostraba diferencias en pacientes con o sin cáncer de próstata, siendo en ambos grupos de al menos 10 relaciones sexuales al mes en un 31 por ciento de los encuestados.
En cuanto a la masturbación, a partir de los 50 la habían practicado más los ciudadanos sanos que los que tenían cáncer, lo que puede explicar el efecto "protector" del sexo a fin de prevenir tumores en la próstata. "Aunque no había ninguna asociación significativa entre la actividad sexual y el cáncer de próstata a partir de los cuarenta, parece que a partir de los 50 resulta incluso beneficioso", explicó Dimitropoulou.
Esto puede deberse, asegura, a que "las relaciones sexuales y, en particular, la masturbación, puede servir para liberar las toxinas acumuladas, gracias a lo cual se reduce el riesgo de desarrollar estos tumores".
"Las hormonas juegan un papel clave en el sexo y en el cáncer de próstata ya que muchos de los tratamientos utilizados reducen el desarrollo hormonal", de ahí que haya que seguir investigando en este campo para confirmar la relación estudiada, indicó este experto.
En el estudio participaron más de 800 pacientes de los que 431 eran hombres a los que se les había diagnosticado este tumor antes de llegar a los 60 años. A todos ellos se les hizo un riguroso cuestionario que ahondaba en su vida sexual a partir de los 20 años, resaltando el momento en que comenzaron a mantener relaciones sexuales, la frecuencia de éstas y de otras prácticas como la masturbación, el número de parejas y si habían padecido algún tipo de enfermedad de transmisión sexual.
De este modo, se observó que el 59 por ciento de los pacientes con cáncer de próstata mantenían relaciones sexuales o se masturbaban más de 12 veces al mes desde los 20 a los 30 años, cifra que iba descendiendo progresivamente en la treintena (un 48%) y al llegar a los cuarenta (28%).
De hecho, y para compararlo con la actividad sexual de los ciudadanos sanos, se tomo otra medida y se observó que entre los 20 y 30 años el 40 por ciento de los enfermos de cáncer de próstata copularon o se practicaron la masturbación más de 20 veces al mes, en comparación con el 32 por ciento de los pacientes que no habían desarrollado cáncer.
Además, el 39 por ciento de los pacientes con cáncer de próstata habían mantenido relaciones sexuales con al menos seis parejas distintas, en comparación con el 31 por ciento de los encuestados sanos, así como también había más frecuencia de enfermedades de transmisión sexual.
El efecto «protector» del sexo a partir de los 50
Sin embargo, y según explica el autor de la investigación, Polyxeni Dimitropoulou, la actividad sexual al llegar a los cincuenta no mostraba diferencias en pacientes con o sin cáncer de próstata, siendo en ambos grupos de al menos 10 relaciones sexuales al mes en un 31 por ciento de los encuestados.
En cuanto a la masturbación, a partir de los 50 la habían practicado más los ciudadanos sanos que los que tenían cáncer, lo que puede explicar el efecto "protector" del sexo a fin de prevenir tumores en la próstata. "Aunque no había ninguna asociación significativa entre la actividad sexual y el cáncer de próstata a partir de los cuarenta, parece que a partir de los 50 resulta incluso beneficioso", explicó Dimitropoulou.
Esto puede deberse, asegura, a que "las relaciones sexuales y, en particular, la masturbación, puede servir para liberar las toxinas acumuladas, gracias a lo cual se reduce el riesgo de desarrollar estos tumores".
"Las hormonas juegan un papel clave en el sexo y en el cáncer de próstata ya que muchos de los tratamientos utilizados reducen el desarrollo hormonal", de ahí que haya que seguir investigando en este campo para confirmar la relación estudiada, indicó este experto.
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