La economía española está ya en recesión, al sufrir dos caídas trimestrales consecutivas en 2008, y en los últimos tres meses del año pasado acentuó su deterioro, con una bajada del Producto Interior Bruto del 1,1%, según el último boletín del Banco de España, que agrega que el PIB español creció el 1,1% en todo el año pasado, pero registró una caída interanual, del 0,8%, en el cuarto trimestre, y advierte del fuerte empeoramiento de la actividad, el empleo, el gasto y la inversión en los últimos tres meses de 2008, en que, además, el empleo cayó en el último trimestre el 3 por ciento.
Para el Banco de España, el deterioro del gasto de los hogares tiene la culpa de la mayor parte de la desaceleración registrada en 2008, y ha afectado incluso en mayor medida que la caída de la inversión residencial.
El consumo privado, así, registró tasas negativas en los últimos meses debido a una mayor desconfianza de los consumidores por las convulsiones financieras, el peor entorno mundial, la bajada del empleo y el endurecimiento del crédito. También cabe destacar cómo la inversión residencial agudizó su caída -hasta el 20% en el último trimestre-, empujada por peores condiciones de financiación, la incertidumbre o el descenso de los precios de la vivienda.
En su boletín, el Banco de España elabora un cuadro económico de 2008 más pesimista que el Gobierno en lo que se refiere al crecimiento (1,1% frente al 1,2%) y a la caída anual del empleo (0,5% frente al 0,4%), aunque espera que la productividad haya mejorado más: el 1,7 por ciento.
Además, valora las medidas de dinamización económica adoptadas por Bruselas y el Gobierno español, y las bajadas de tipos de interés, que junto a la menor inflación y una "eventual" superación de las tensiones financieras deberían "aliviar" de algún modo esta caída.
No obstante, reconoce que es difícil que se recupere la demanda interna, dado el "clima recesivo" de la economía mundial.
Respecto a la evolución financiera, cree que existe un "amplio margen" para que las medidas adoptadas en política monetaria se trasladen al mercado de crédito y se recupere la confianza, pero insiste en la necesidad de avanzar en reformas estructurales y de modelo productivo para salir cuanto antes de la recesión.
El FMI también tiene un pronóstico negro
El Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó ayer otra vez sus previsiones de crecimiento para la economía española que, dijo, se contraerá en un 1,7% este año y continuará en recesión en el 2010.
En diciembre pasado, la entidad había pronosticado que el Producto Interno Bruto (PIB) español se encogería en por lo menos un 1% en el 2009, pero ayer bajó su cálculo ante el empeoramiento del entorno económico a nivel mundial.
Su pesimismo se extiende al 2010, el año en el que en su anterior pronóstico -que realizó en noviembre- vislumbraba la recuperación, con un crecimiento del 0,8 por ciento. Ahora su vaticinio es la continuación de los números rojos, con un decrecimiento de la economía del 0,1 por ciento, pronósticos todos en línea con los adelantados por la Comisión Europea hace algo más de una semana.
De todos modos, España no es la única castigada por las predicciones del FMI, que agrega que el planeta crecerá este año tan sólo un 0,5%, su menor cifra desde la Segunda Guerra Mundial, mientras que en el 2010 experimentará un repunte "gradual", hasta el 3 por ciento.
Para el Banco de España, el deterioro del gasto de los hogares tiene la culpa de la mayor parte de la desaceleración registrada en 2008, y ha afectado incluso en mayor medida que la caída de la inversión residencial.
El consumo privado, así, registró tasas negativas en los últimos meses debido a una mayor desconfianza de los consumidores por las convulsiones financieras, el peor entorno mundial, la bajada del empleo y el endurecimiento del crédito. También cabe destacar cómo la inversión residencial agudizó su caída -hasta el 20% en el último trimestre-, empujada por peores condiciones de financiación, la incertidumbre o el descenso de los precios de la vivienda.
En su boletín, el Banco de España elabora un cuadro económico de 2008 más pesimista que el Gobierno en lo que se refiere al crecimiento (1,1% frente al 1,2%) y a la caída anual del empleo (0,5% frente al 0,4%), aunque espera que la productividad haya mejorado más: el 1,7 por ciento.
Además, valora las medidas de dinamización económica adoptadas por Bruselas y el Gobierno español, y las bajadas de tipos de interés, que junto a la menor inflación y una "eventual" superación de las tensiones financieras deberían "aliviar" de algún modo esta caída.
No obstante, reconoce que es difícil que se recupere la demanda interna, dado el "clima recesivo" de la economía mundial.
Respecto a la evolución financiera, cree que existe un "amplio margen" para que las medidas adoptadas en política monetaria se trasladen al mercado de crédito y se recupere la confianza, pero insiste en la necesidad de avanzar en reformas estructurales y de modelo productivo para salir cuanto antes de la recesión.
El FMI también tiene un pronóstico negro
El Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó ayer otra vez sus previsiones de crecimiento para la economía española que, dijo, se contraerá en un 1,7% este año y continuará en recesión en el 2010.
En diciembre pasado, la entidad había pronosticado que el Producto Interno Bruto (PIB) español se encogería en por lo menos un 1% en el 2009, pero ayer bajó su cálculo ante el empeoramiento del entorno económico a nivel mundial.
Su pesimismo se extiende al 2010, el año en el que en su anterior pronóstico -que realizó en noviembre- vislumbraba la recuperación, con un crecimiento del 0,8 por ciento. Ahora su vaticinio es la continuación de los números rojos, con un decrecimiento de la economía del 0,1 por ciento, pronósticos todos en línea con los adelantados por la Comisión Europea hace algo más de una semana.
De todos modos, España no es la única castigada por las predicciones del FMI, que agrega que el planeta crecerá este año tan sólo un 0,5%, su menor cifra desde la Segunda Guerra Mundial, mientras que en el 2010 experimentará un repunte "gradual", hasta el 3 por ciento.
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