España está al borde de la recesión económica y podría sumarse así a la lista de países europeos que se encuentran ya en esta situación, como Alemania e Italia.
La economía española no retrocedía en un trimestre desde el segundo trimestre de 1993, cuando decreció un 0,3 por ciento. En el tercer trimestre de 2007, el PIB experimentó un crecimiento del 0,6 por ciento.
En tasa interanual, la economía española ha crecido en el tercer trimestre un 0,9 por ciento, nueve décimas menos que en el trimestre precedente (1,8 por ciento) y 2,7 puntos menos que en el mismo trimestre de 2007, cuando el PIB avanzó un 3,6 por ciento.
Según el organismo estadístico, estos datos constatan que la economía española ha seguido mostrando un "perfil desacelerado" por sexto trimestre consecutivo. El INE ha atribuido la moderación en el ritmo de avance interanual del PIB a la menor contribución de la demanda nacional, que se ha visto parcialmente compensada por el sector exterior, que este trimestre ha realizado una aportación positiva al crecimiento agregado.
Uno de los factores que agravan más la crisis es la caída de la demanda interna. Detrás del debilitamiento del consumo de las familias se encuentra tanto la pérdida de confianza, generada por la delicada situación de los mercados financieros internacionales, como la evolución más desfavorable del empleo y de la inflación, que han moderado el ritmo de avance de la renta disponible de los hogares.
Además, la caída de las cotizaciones bursátiles y la acusada desaceleración de los precios de las viviendas están teniendo un efecto desfavorable sobre la riqueza de las familias.
El endurecimiento de las condiciones financieras podría estar contribuyendo a que los hogares pospongan algunas decisiones de gasto en bienes de consumo duradero. Todo ello está contribuyendo a un aumento del ahorro, que se situó en el 10,7 por ciento de la renta disponible en el segundo trimestre del año.
El rápido empeoramiento de la situación económica en España ha llevado al Gobierno a anunciar que en diciembre revisará a la baja algunas previsiones del cuadro macroeconómico, que prevé un crecimiento del PIB del 1,6 por ciento para 2008 y del 1 por ciento para 2009.
La economía española no retrocedía en un trimestre desde el segundo trimestre de 1993, cuando decreció un 0,3 por ciento. En el tercer trimestre de 2007, el PIB experimentó un crecimiento del 0,6 por ciento.
En tasa interanual, la economía española ha crecido en el tercer trimestre un 0,9 por ciento, nueve décimas menos que en el trimestre precedente (1,8 por ciento) y 2,7 puntos menos que en el mismo trimestre de 2007, cuando el PIB avanzó un 3,6 por ciento.
Según el organismo estadístico, estos datos constatan que la economía española ha seguido mostrando un "perfil desacelerado" por sexto trimestre consecutivo. El INE ha atribuido la moderación en el ritmo de avance interanual del PIB a la menor contribución de la demanda nacional, que se ha visto parcialmente compensada por el sector exterior, que este trimestre ha realizado una aportación positiva al crecimiento agregado.
Uno de los factores que agravan más la crisis es la caída de la demanda interna. Detrás del debilitamiento del consumo de las familias se encuentra tanto la pérdida de confianza, generada por la delicada situación de los mercados financieros internacionales, como la evolución más desfavorable del empleo y de la inflación, que han moderado el ritmo de avance de la renta disponible de los hogares.
Además, la caída de las cotizaciones bursátiles y la acusada desaceleración de los precios de las viviendas están teniendo un efecto desfavorable sobre la riqueza de las familias.
El endurecimiento de las condiciones financieras podría estar contribuyendo a que los hogares pospongan algunas decisiones de gasto en bienes de consumo duradero. Todo ello está contribuyendo a un aumento del ahorro, que se situó en el 10,7 por ciento de la renta disponible en el segundo trimestre del año.
El rápido empeoramiento de la situación económica en España ha llevado al Gobierno a anunciar que en diciembre revisará a la baja algunas previsiones del cuadro macroeconómico, que prevé un crecimiento del PIB del 1,6 por ciento para 2008 y del 1 por ciento para 2009.
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