Ya lo dijo Ignacio de Loyola: "En tiempos de tribulación no hacer mudanza". El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, ha seguido al pie de la letra el consejo del fundador de los jesuitas y ha llegado a un acuerdo amistoso con Telefónica para aprobar el polémico expediente de regulación de empleo (ERE) de la compañía que preveía prejubilaciones a partir de 48 años. La compañía ha retirado el límite de edad para acogerse al plan liberando así a Corbacho de su compromiso público de cambiar la ley si fuera necesario para que ningún trabajador "se fuera a la calle" por el mero hecho de cumplir 48 años.
El Ministerio de Trabajo ha dado el visto bueno al ERE que prevé la salida de 500 trabajadores de Telefónica Móviles, con carácter voluntario. A cambio, la compañía ha ampliado a todos los trabajadores, siempre que lleven cuatro años en la empresa, la posibilidad de acogerse al ERE.
El otro gran triunfo de Trabajo es arrancar a Telefónica el compromiso para que prolongue las ayudas a los trabajadores hasta los 65 años, desincentivando que los que se acogen al ERE se prejubilen a los 61 años, como estaba previsto, y carguen a la Seguridad Social esos cuatro años hasta la edad de jubilación legal. Trabajo había puesto el grito en el cielo precisamente por este punto porque veía casi un precedente peligrosísimo que una empresa con más de 6.000 millones de euros de beneficio echara a la calle a empleados y cargara parte de los gastos a la Seguridad Social, con las arcas más que maltrechas por la crisis.
¿Qué gana Telefónica con el acuerdo?
Para empezar se ahorra los próximos dos años de salarios de los trabajadores que, al ir al paro, cobrarán del INEM, es decir, de los contribuyentes. En segundo lugar, puede renovar los puestos de trabajo con empleados más jóvenes y, por tanto, más baratos. Y, tercero, y más importante, lava su imagen ante la opinión pública que miraba con mucho recelo el ERE para "jubilados menores de 50 años".
Hay que recordar que el ERE contaba con el acuerdo de UGT y el Sindicato de Trabajadores de Comunicación (STC), y el rechazo tanto de CC OO como CGT, que se quedaron en minoría en el comité. Al contar con el acuerdo de este máximo órgano de representación de los trabajadores y de la empresa, técnicamente el Ministerio de Trabajo no podía rechazar el ERE y, por tanto, la única posibilidad que le quedaba para impedirlo era modificar la propia legislación laboral.
Pero no habrá caso. La ley seguirá igual y los trabajadores de Telefónica tendrán su ERE y su paga asegurada (el 70% del sueldo regular) hasta su jubilación. Otras víctimas de la crisis como los trabajadores de Nissan no tienen tanta suerte.
El Ministerio de Trabajo ha dado el visto bueno al ERE que prevé la salida de 500 trabajadores de Telefónica Móviles, con carácter voluntario. A cambio, la compañía ha ampliado a todos los trabajadores, siempre que lleven cuatro años en la empresa, la posibilidad de acogerse al ERE.
El otro gran triunfo de Trabajo es arrancar a Telefónica el compromiso para que prolongue las ayudas a los trabajadores hasta los 65 años, desincentivando que los que se acogen al ERE se prejubilen a los 61 años, como estaba previsto, y carguen a la Seguridad Social esos cuatro años hasta la edad de jubilación legal. Trabajo había puesto el grito en el cielo precisamente por este punto porque veía casi un precedente peligrosísimo que una empresa con más de 6.000 millones de euros de beneficio echara a la calle a empleados y cargara parte de los gastos a la Seguridad Social, con las arcas más que maltrechas por la crisis.
¿Qué gana Telefónica con el acuerdo?
Para empezar se ahorra los próximos dos años de salarios de los trabajadores que, al ir al paro, cobrarán del INEM, es decir, de los contribuyentes. En segundo lugar, puede renovar los puestos de trabajo con empleados más jóvenes y, por tanto, más baratos. Y, tercero, y más importante, lava su imagen ante la opinión pública que miraba con mucho recelo el ERE para "jubilados menores de 50 años".
Hay que recordar que el ERE contaba con el acuerdo de UGT y el Sindicato de Trabajadores de Comunicación (STC), y el rechazo tanto de CC OO como CGT, que se quedaron en minoría en el comité. Al contar con el acuerdo de este máximo órgano de representación de los trabajadores y de la empresa, técnicamente el Ministerio de Trabajo no podía rechazar el ERE y, por tanto, la única posibilidad que le quedaba para impedirlo era modificar la propia legislación laboral.
Pero no habrá caso. La ley seguirá igual y los trabajadores de Telefónica tendrán su ERE y su paga asegurada (el 70% del sueldo regular) hasta su jubilación. Otras víctimas de la crisis como los trabajadores de Nissan no tienen tanta suerte.
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