Espero que las peores previsiones de los organismos internacionales en materia económica no se cumplan, y que gobierno, ciudadanos y empresas demostremos cómo se puede superar esta situación", afirmó.
Zapatero recalcó que éste "es el objetivo en el que trabaja el Gobierno y con el que debe trabajar la Unión Europea y el mundo empresarial", durante su intervención en unas jornadas organizadas por 'The Economist', donde explicó que una política de estímulo de la demanda facilitará una recuperación "razonable" del consumo y permitirá, en definitiva, el relanzamiento económico.
El presidente del Gobierno basó su optimismo en que España "está ganando ya en capacidad exportadora", lo que permitirá reducir el déficit exterior, así como en las medidas del Gobierno para incentivar la demanda y en la reducción de la inflación que, insistió, será del 2,5% en noviembre y "menor" en diciembre, al igual que "las perspectivas" para todo 2009.
A su juicio, con esta reducción de la inflación la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) "sólo puede pensarse como una política de estímulo de la demanda" --es decir, una rebaja de los tipos de interés--, lo que, aumentará la disponibilidad de renta de las familias "en los próximos tiempos" y "facilitará una recuperación razonable del consumo".
Así, confió en que estos factores "van a aliviar los temores financieros para las familias", de modo que, si los Gobiernos "aciertan" con sus planes de estímulo de la demanda y la próxima Administración estadounidense infunde "certeza y seguridad" es "probable" que "las previsiones más pesimistas para 2009 se puedan mejorar".
Por ello, el jefe del Ejecutivo aseguró que la economía española superará este momento de "recesión generalizada" porque cuenta con las "fortalezas" necesarias para hacerlo, si bien reconoció que habrá que hacer reformas en ámbitos como los servicios, los transportes, la energía y la educación para mejorar el potencial de crecimiento.
Zapatero se refirió brevemente al plan de activación económica que presentará el jueves en el Congreso, precisó que algunas de sus medidas ya están tomadas y añadió que será un plan a dos años vista, porque sus efectos se dejarán sentir en 2009 y 2010. Insistió además en que su prioridad será la inversión pública, centrada en las prioridades de la Estrategia de Lisboa: infraestructuras, innovación, energía y educación.
Para ello, dejó claro que su intención es hacer uso de una "interpretación flexible del Pacto de Estabilidad" de la UE, que permite a los Estados alcanzar un déficit público de más del 3% del PIB en momentos de "excepcionalidad", un término que, en su opinión, "encaja perfectamente" con la situación actual. Eso sí, dejó claro que esa desviación debe ser "coyuntural" y tener "impronta productiva".
Cautela sobre el papel del Estado
A pesar de que su prioridad es la inversión pública, el presidente del Gobierno aseguró que en esta crisis "la acción del Gobierno está destinada no a sustituir a los mercados, lo que sería una tentación absolutamente perniciosa y peligrosa, sino a poner orden en los mercados, para que los mercados vuelvan a funcionar".
Zapatero repitió esa premisa tanto al hablar de la necesaria reforma financiera mundial como de la economía real española. "Descreo del proteccionismo, que es un factor de retroceso para el progreso de los pueblos", afirmó, recalcando que España "seguirá siendo un país abierto" y "atractivo para la inversión extranjera".
"En economía hay que intervenir lo justo para garantizar la seguridad de los actores económicos", dijo además. Y añadió: "he vivido gobiernos con mucho más impulso intervencionista que el mío".
En el caso de la reforma financiera mundial, Zapatero subrayó que hay que tomar medidas "lo más rápidamente posible" para fomentar la transparencia, luchar contra los paraísos fiscales y replantearse ciertos productos financieras, pero precisó que "supervisar no es intervenir, es garantizar el buen funcionamiento".
En su opinión, estas reformas "no pueden esperar" y es necesario que vuelva la confianza al sistema financiero porque con su "colapso" de finales de septiembre, afirmó, ha puesto a los propios Gobiernos en una "situación comprometida". "Los Gobiernos hemos sacado prácticamente toda la armada de que disponemos para sostenerlo", añadió.
No flexibilizará el mercado laboral
A preguntas de los asistentes, el jefe del Ejecutivo insistió en que no tomará ninguna medida "unilateral" en el mercado laboral que no cuente con el visto bueno de empresarios y sindicatos y consideró que reclamar una flexibilización del mercado laboral es "la parte fácil del discurso" cuando hay crisis.
"Lo que tenemos que hacer no es flexibilizar el mercado laboral, sino fortalecer la capacitación de los trabajadores y la capacidad de innovación de las empresas, es mucho más útil a medio y largo plazo", argumentó. Eso sí, confió en que sindicatos y empresarios sepan "estar a la altura" para que "el proceso de negociación de la política de renta sea razonable".
En cuanto a la necesidad de aumentar la productividad, adelantó que el plan que presentará el jueves incluirá medidas en dos ámbitos: mejora de la educación --para que en 2010 un 85% de los jóvenes siga la educación postobligatoria-- y mejora de las condiciones sociales para favorecer la conciliación de la vida laboral y familiar.
A preguntas del presidente de FCC, Baldomero Falcones, Zapatero admitió además que es necesario reforzar la defensa de los intereses de las empresas españolas en el extranjero entre las prioridades del servicio exterior y reforzar también la unidad de mercado en España. En este punto, precisó que a la hora de trasponer la directiva de servicios europea se está demostrando la necesidad de "coordinación" con las comunidades autónomas.
18.000 millones de devolución fiscal
Zapatero dedicó tiempo a recordar las medidas tomadas por el Ejecutivo desde 2007 y precisó que, en el capítulo de devoluciones de impuestos, los distintos anuncios supondrán entre 2008 y 2009 una devolución de 18.000 millones de euros a ciudadanos y empresas, "casi un 2% del PIB".
A ello sumó que los Presupuestos Generales del Estado (PGE) mantienen la previsión de aumentar un 6% las pensiones mínimas y las becas y mantener las ayudas a vivienda, y mencionó también la moratoria a la que podrán acogerse los desempleados para pagar sus hipotecas. A su juicio "en términos cuantitativos", el del Gobierno español es el "mayor esfuerzo" de un gobierno europeo combinando estímulo fiscal y cohesión social.
Zapatero recalcó que éste "es el objetivo en el que trabaja el Gobierno y con el que debe trabajar la Unión Europea y el mundo empresarial", durante su intervención en unas jornadas organizadas por 'The Economist', donde explicó que una política de estímulo de la demanda facilitará una recuperación "razonable" del consumo y permitirá, en definitiva, el relanzamiento económico.
El presidente del Gobierno basó su optimismo en que España "está ganando ya en capacidad exportadora", lo que permitirá reducir el déficit exterior, así como en las medidas del Gobierno para incentivar la demanda y en la reducción de la inflación que, insistió, será del 2,5% en noviembre y "menor" en diciembre, al igual que "las perspectivas" para todo 2009.
A su juicio, con esta reducción de la inflación la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) "sólo puede pensarse como una política de estímulo de la demanda" --es decir, una rebaja de los tipos de interés--, lo que, aumentará la disponibilidad de renta de las familias "en los próximos tiempos" y "facilitará una recuperación razonable del consumo".
Así, confió en que estos factores "van a aliviar los temores financieros para las familias", de modo que, si los Gobiernos "aciertan" con sus planes de estímulo de la demanda y la próxima Administración estadounidense infunde "certeza y seguridad" es "probable" que "las previsiones más pesimistas para 2009 se puedan mejorar".
Por ello, el jefe del Ejecutivo aseguró que la economía española superará este momento de "recesión generalizada" porque cuenta con las "fortalezas" necesarias para hacerlo, si bien reconoció que habrá que hacer reformas en ámbitos como los servicios, los transportes, la energía y la educación para mejorar el potencial de crecimiento.
Zapatero se refirió brevemente al plan de activación económica que presentará el jueves en el Congreso, precisó que algunas de sus medidas ya están tomadas y añadió que será un plan a dos años vista, porque sus efectos se dejarán sentir en 2009 y 2010. Insistió además en que su prioridad será la inversión pública, centrada en las prioridades de la Estrategia de Lisboa: infraestructuras, innovación, energía y educación.
Para ello, dejó claro que su intención es hacer uso de una "interpretación flexible del Pacto de Estabilidad" de la UE, que permite a los Estados alcanzar un déficit público de más del 3% del PIB en momentos de "excepcionalidad", un término que, en su opinión, "encaja perfectamente" con la situación actual. Eso sí, dejó claro que esa desviación debe ser "coyuntural" y tener "impronta productiva".
Cautela sobre el papel del Estado
A pesar de que su prioridad es la inversión pública, el presidente del Gobierno aseguró que en esta crisis "la acción del Gobierno está destinada no a sustituir a los mercados, lo que sería una tentación absolutamente perniciosa y peligrosa, sino a poner orden en los mercados, para que los mercados vuelvan a funcionar".
Zapatero repitió esa premisa tanto al hablar de la necesaria reforma financiera mundial como de la economía real española. "Descreo del proteccionismo, que es un factor de retroceso para el progreso de los pueblos", afirmó, recalcando que España "seguirá siendo un país abierto" y "atractivo para la inversión extranjera".
"En economía hay que intervenir lo justo para garantizar la seguridad de los actores económicos", dijo además. Y añadió: "he vivido gobiernos con mucho más impulso intervencionista que el mío".
En el caso de la reforma financiera mundial, Zapatero subrayó que hay que tomar medidas "lo más rápidamente posible" para fomentar la transparencia, luchar contra los paraísos fiscales y replantearse ciertos productos financieras, pero precisó que "supervisar no es intervenir, es garantizar el buen funcionamiento".
En su opinión, estas reformas "no pueden esperar" y es necesario que vuelva la confianza al sistema financiero porque con su "colapso" de finales de septiembre, afirmó, ha puesto a los propios Gobiernos en una "situación comprometida". "Los Gobiernos hemos sacado prácticamente toda la armada de que disponemos para sostenerlo", añadió.
No flexibilizará el mercado laboral
A preguntas de los asistentes, el jefe del Ejecutivo insistió en que no tomará ninguna medida "unilateral" en el mercado laboral que no cuente con el visto bueno de empresarios y sindicatos y consideró que reclamar una flexibilización del mercado laboral es "la parte fácil del discurso" cuando hay crisis.
"Lo que tenemos que hacer no es flexibilizar el mercado laboral, sino fortalecer la capacitación de los trabajadores y la capacidad de innovación de las empresas, es mucho más útil a medio y largo plazo", argumentó. Eso sí, confió en que sindicatos y empresarios sepan "estar a la altura" para que "el proceso de negociación de la política de renta sea razonable".
En cuanto a la necesidad de aumentar la productividad, adelantó que el plan que presentará el jueves incluirá medidas en dos ámbitos: mejora de la educación --para que en 2010 un 85% de los jóvenes siga la educación postobligatoria-- y mejora de las condiciones sociales para favorecer la conciliación de la vida laboral y familiar.
A preguntas del presidente de FCC, Baldomero Falcones, Zapatero admitió además que es necesario reforzar la defensa de los intereses de las empresas españolas en el extranjero entre las prioridades del servicio exterior y reforzar también la unidad de mercado en España. En este punto, precisó que a la hora de trasponer la directiva de servicios europea se está demostrando la necesidad de "coordinación" con las comunidades autónomas.
18.000 millones de devolución fiscal
Zapatero dedicó tiempo a recordar las medidas tomadas por el Ejecutivo desde 2007 y precisó que, en el capítulo de devoluciones de impuestos, los distintos anuncios supondrán entre 2008 y 2009 una devolución de 18.000 millones de euros a ciudadanos y empresas, "casi un 2% del PIB".
A ello sumó que los Presupuestos Generales del Estado (PGE) mantienen la previsión de aumentar un 6% las pensiones mínimas y las becas y mantener las ayudas a vivienda, y mencionó también la moratoria a la que podrán acogerse los desempleados para pagar sus hipotecas. A su juicio "en términos cuantitativos", el del Gobierno español es el "mayor esfuerzo" de un gobierno europeo combinando estímulo fiscal y cohesión social.
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