
Sufren más atropellos y, cuando les atropellan, sufren más. Casi la mitad de los peatones arrollados en lo que va de año son mayores de 60 años. De esta mitad, además, la mayoría superan los 71. La ambulancia se lleva sobre todo a ellos: siete de cada diez heridos graves son jubilados.
De enero a octubre se han producido 94 atropellos, con 98 víctimas: de éstas, 46 eran personas mayores, de las que nada menos que 27 superaban los 71. Este colectivo padece más accidentes y, por tanto, también sus consecuencias: prácticamente el 40% de los heridos leves son mayores de 65 (31 sobre 74). Los peatones de esa edad suman, además, el 75% de quienes sufren lesiones graves. Y lo peor: han muerto dos personas; una mujer de 56 años, y un viandante mayor de 70.
En 2007 fallecieron también tres peatones. De igual modo, el año pasado gran parte de las víctimas de atropellos eran mayores: el 40% del total de heridos, en concreto. Lo cierto es que el ranking de atropellos prácticamente se corresponde con la pirámide de edad: en la jerarquía de accidentes, el escalón anterior a los jubilados lo ocupan los vitorianos con más de 50 años. Este año ya van 16 siniestros. Un peldaño más abajo están las personas de entre 41 y 50: de enero a junio han sufrido ocho atropellos.
Los datos son más esperanzadores en cuanto a los treintañeros: han padecido una embestida cuatro coches; eso sí, desafortunadamente uno de ellos ha sufrido consecuencias graves. ¿Qué hay de los más jóvenes? Aunque son menos en la lista de siniestros, lo cierto es que tampoco se libran: cuatro personas de entre 22 y 25 años y otros seis de entre 26 y 30 han sufrido el golpe de un vehículo en sus propias carnes.
En cuanto a la distribución de los siniestros entre hombres y mujeres, la diferencia es ligera: 41 hombres frente a 57 mujeres. En realidad, la diferencia sólo se nota en cuanto a las personas de más avanzada edad y, como es sabido, viven más ancianas que ancianos.
21 heridos graves De las 98 víctimas por atropello en Vitoria en lo que va de año, 21 han resultado heridas graves, de las que 14 tenían más de 60 años Lo cierto es que la mayoría de accidentes acaban mejor de lo que podrían acabar: 74 han tenido consecuencias de carácter leve. Intactos, eso sí, salen pocos: este año, sólo una persona ha resultado ilesa. En el otro extremo, desafortunadamente, ha habido dos muertes.
En muchos casos, los peatones se saltan los pasos de cebra; es decir, el débil se expone al fuerte. Fue al parecer el caso de la mujer que, desgraciadamente, falleció el pasado mes de julio en la calle Laguardia. En otros muchos casos, sin embargo, los viandantes son embestidos mientras cruzan por un paso de peatones. Es el caso del último suceso registrado en la capital alavesa, el pasado 29 de septiembre: una mujer de unos 65 años fue arrollada en la Avenida de Santiago cuando cruzaba la calle por el lugar por donde tenía que hacerlo. Los vecinos reclamaron una vez más la instalación de un semáforo, una luz a menudo más capaz de hacer frenar a los coches que a los propios peatones.
Pocos días antes, el 23 de septiembre, un ciclomotor atropelló a un anciano de 73 años en la calle Portal de Arriaga, que también cruzaba por el paso de cebra. El mismo mes, un hombre de 64 años y una mujer de 62 fueron atropellados cuando caminaban por un paso de viandantes señalizado.
Quizá si hubieran sido más jóvenes, habrían podido reaccionar a tiempo. Pero no lo eran. El Ayuntamiento ha retomado las campañas de sensibilización a mayores. Para que no irrumpan en el dominio de los coches, y éstos no invadan el espacio de los peatones.
De enero a octubre se han producido 94 atropellos, con 98 víctimas: de éstas, 46 eran personas mayores, de las que nada menos que 27 superaban los 71. Este colectivo padece más accidentes y, por tanto, también sus consecuencias: prácticamente el 40% de los heridos leves son mayores de 65 (31 sobre 74). Los peatones de esa edad suman, además, el 75% de quienes sufren lesiones graves. Y lo peor: han muerto dos personas; una mujer de 56 años, y un viandante mayor de 70.
En 2007 fallecieron también tres peatones. De igual modo, el año pasado gran parte de las víctimas de atropellos eran mayores: el 40% del total de heridos, en concreto. Lo cierto es que el ranking de atropellos prácticamente se corresponde con la pirámide de edad: en la jerarquía de accidentes, el escalón anterior a los jubilados lo ocupan los vitorianos con más de 50 años. Este año ya van 16 siniestros. Un peldaño más abajo están las personas de entre 41 y 50: de enero a junio han sufrido ocho atropellos.
Los datos son más esperanzadores en cuanto a los treintañeros: han padecido una embestida cuatro coches; eso sí, desafortunadamente uno de ellos ha sufrido consecuencias graves. ¿Qué hay de los más jóvenes? Aunque son menos en la lista de siniestros, lo cierto es que tampoco se libran: cuatro personas de entre 22 y 25 años y otros seis de entre 26 y 30 han sufrido el golpe de un vehículo en sus propias carnes.
En cuanto a la distribución de los siniestros entre hombres y mujeres, la diferencia es ligera: 41 hombres frente a 57 mujeres. En realidad, la diferencia sólo se nota en cuanto a las personas de más avanzada edad y, como es sabido, viven más ancianas que ancianos.
21 heridos graves De las 98 víctimas por atropello en Vitoria en lo que va de año, 21 han resultado heridas graves, de las que 14 tenían más de 60 años Lo cierto es que la mayoría de accidentes acaban mejor de lo que podrían acabar: 74 han tenido consecuencias de carácter leve. Intactos, eso sí, salen pocos: este año, sólo una persona ha resultado ilesa. En el otro extremo, desafortunadamente, ha habido dos muertes.
En muchos casos, los peatones se saltan los pasos de cebra; es decir, el débil se expone al fuerte. Fue al parecer el caso de la mujer que, desgraciadamente, falleció el pasado mes de julio en la calle Laguardia. En otros muchos casos, sin embargo, los viandantes son embestidos mientras cruzan por un paso de peatones. Es el caso del último suceso registrado en la capital alavesa, el pasado 29 de septiembre: una mujer de unos 65 años fue arrollada en la Avenida de Santiago cuando cruzaba la calle por el lugar por donde tenía que hacerlo. Los vecinos reclamaron una vez más la instalación de un semáforo, una luz a menudo más capaz de hacer frenar a los coches que a los propios peatones.
Pocos días antes, el 23 de septiembre, un ciclomotor atropelló a un anciano de 73 años en la calle Portal de Arriaga, que también cruzaba por el paso de cebra. El mismo mes, un hombre de 64 años y una mujer de 62 fueron atropellados cuando caminaban por un paso de viandantes señalizado.
Quizá si hubieran sido más jóvenes, habrían podido reaccionar a tiempo. Pero no lo eran. El Ayuntamiento ha retomado las campañas de sensibilización a mayores. Para que no irrumpan en el dominio de los coches, y éstos no invadan el espacio de los peatones.
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