Stiglitz planteó que la crisis es tan severa que "es muy difícil no cuestionar los aspectos básicos de las ciencias económicas", en el marco del seminario El Emergente Orden Financiero Global que se desarrolla en un complejo turístico de la Costa este de República Dominicana.
El economista aclaró que el replanteamiento debe incluir un cambio de las formas en que los sistemas financieros globales funcionan, para que sean mejores y beneficien a más personas.
A su juicio, el giro de la crisis "será largo, difícil y hacia abajo", apreciación que coincidió con la de Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), y George Soros, presidente del Soros Fund Management y del Open Society Institute.
Stiglitz sostuvo que es probable que el impacto de la crisis, que tiene etiqueta de "hecha en los Estados Unidos", en los países en desarrollo sea "muy serio, en cierta medida debido a las iniquidades".
Agregó que "cuando pensemos en el rediseño del sistema financiero y económico mundial, tendríamos que pensar en las políticas y efectos asimétricos de los países en desarrollo, que tienen una situación económica diferente".
Stiglitz dijo que los Estados Unidos sigue siendo visto como el lugar más seguro del mundo, aún cuando es la causa de los problemas más severos del planeta, pero agregó que "los países en desarrollo siguen fluyendo a Estados Unidos", dificultando aún más su situación.
En su opinión, el problema de la demanda agregada y "la buena suerte de tener gobiernos irresponsables en todo el mundo que saben muy bien cómo gastar y autoridades monetarias que saben bien cómo tomar prestado" hacen las cosas más difíciles.
Stiglitz explicó que hay varios problemas que se superponen y que inciden de manera simultánea en la crisis, pero que los formuladores de políticas y analistas se enfocan sólo en uno, en la crisis bancaria y financiera.
Otros de los errores de política que observa es que éstas se centran alrededor de la política monetaria, básicamente en la inflación, cuando el mandato principal de un banco central debería ser la estabilidad macroeconómica.
El economista aclaró que el replanteamiento debe incluir un cambio de las formas en que los sistemas financieros globales funcionan, para que sean mejores y beneficien a más personas.
A su juicio, el giro de la crisis "será largo, difícil y hacia abajo", apreciación que coincidió con la de Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), y George Soros, presidente del Soros Fund Management y del Open Society Institute.
Stiglitz sostuvo que es probable que el impacto de la crisis, que tiene etiqueta de "hecha en los Estados Unidos", en los países en desarrollo sea "muy serio, en cierta medida debido a las iniquidades".
Agregó que "cuando pensemos en el rediseño del sistema financiero y económico mundial, tendríamos que pensar en las políticas y efectos asimétricos de los países en desarrollo, que tienen una situación económica diferente".
Stiglitz dijo que los Estados Unidos sigue siendo visto como el lugar más seguro del mundo, aún cuando es la causa de los problemas más severos del planeta, pero agregó que "los países en desarrollo siguen fluyendo a Estados Unidos", dificultando aún más su situación.
En su opinión, el problema de la demanda agregada y "la buena suerte de tener gobiernos irresponsables en todo el mundo que saben muy bien cómo gastar y autoridades monetarias que saben bien cómo tomar prestado" hacen las cosas más difíciles.
Stiglitz explicó que hay varios problemas que se superponen y que inciden de manera simultánea en la crisis, pero que los formuladores de políticas y analistas se enfocan sólo en uno, en la crisis bancaria y financiera.
Otros de los errores de política que observa es que éstas se centran alrededor de la política monetaria, básicamente en la inflación, cuando el mandato principal de un banco central debería ser la estabilidad macroeconómica.
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