Una manifestación en la que han participado unas dos mil personas ha reclamado esta tarde en Pamplona la oficialidad del euskera y el derecho a vivir en esta lengua. La manifestación, encabezada por una pancarta con estos mismos mensajes, ha sido promovida por un grupo de personas y ha contado con la adhesión y el apoyo de distintos colectivos, partidos y sindicatos.
Al final se ha leído en euskera y en castellano una declaración en la que se afirma que la oficialidad del vascuence "es imprescindible" para pasar "de la simple supervivencia" a su "desarrollo y recuperación". Una demanda que "es tarea de todos", dice el texto, porque la "unión será la que nos ponga en condiciones -dice- de lograr el objetivo" y la que "nos dé -añade- la posibilidad de vivir con normalidad y plenitud en euskera".
La declaración recuerda que ésta es una de las 6.000 lenguas que se hablan en el mundo, "todas ellas tan pequeñas o tan grandes como la nuestra, tan normales o tan especiales, tan respetables y tan entrañables como la nuestra", y para ella, sin embargo, "no tenemos garantías -continúa el texto- de que perviva".
Por eso la declaración apuesta por tener "una lengua viva, normalizada, plena, recuperada a nivel personal, social y oficial" al amparo de la Declaración Universal de Derechos Lingüísticos de 1996, que define éstos como "derechos humanos", ya que entiende que la actual legislación "no responde a esa realidad".
La declaración pide por ello al Parlamento de Navarra un "cambio de estatus legal" para unos "derechos con letra mayúscula, sin restricciones", ya que la Ley Foral del Vascuence de 1982 es "restrictiva y divide y niega derechos lingüísticos a los ciudadanos".
Al final se ha leído en euskera y en castellano una declaración en la que se afirma que la oficialidad del vascuence "es imprescindible" para pasar "de la simple supervivencia" a su "desarrollo y recuperación". Una demanda que "es tarea de todos", dice el texto, porque la "unión será la que nos ponga en condiciones -dice- de lograr el objetivo" y la que "nos dé -añade- la posibilidad de vivir con normalidad y plenitud en euskera".
La declaración recuerda que ésta es una de las 6.000 lenguas que se hablan en el mundo, "todas ellas tan pequeñas o tan grandes como la nuestra, tan normales o tan especiales, tan respetables y tan entrañables como la nuestra", y para ella, sin embargo, "no tenemos garantías -continúa el texto- de que perviva".
Por eso la declaración apuesta por tener "una lengua viva, normalizada, plena, recuperada a nivel personal, social y oficial" al amparo de la Declaración Universal de Derechos Lingüísticos de 1996, que define éstos como "derechos humanos", ya que entiende que la actual legislación "no responde a esa realidad".
La declaración pide por ello al Parlamento de Navarra un "cambio de estatus legal" para unos "derechos con letra mayúscula, sin restricciones", ya que la Ley Foral del Vascuence de 1982 es "restrictiva y divide y niega derechos lingüísticos a los ciudadanos".
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